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Algo vuelve (silueta parlante)

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llibro electrónico de Gérard Macé, silueta parlanteSe abre con una paradoja, ya que el autor comienza anunciando que ya no escribe. “Ya no escribo”, escribió. Ya no escribo, pero…, corrige inmediatamente. Se trata, pues, de intentar comprender cómo se escribió este libro a pesar de todo.

Dos partes arreglan Silueta parlante. La primera, breve, es una especie de declaración introductoria que cuestiona el hecho de deja de escribir metaforizando una determinada idea de “poesía”. El segundo, que lleva el título del libro, es el corazón mismo de la obra, basado en un principio simple: de un lado un poema, del otro su glosa. Pero ya estamos dudando. No sabemos si el poema glosa la glosa y si la glosa no es el poema, un poema en prosa o una versión borgesiana del poema. Así, muy rápidamente, otras cuestiones abarcan la de la escritura, la relación verso-prosa (en poesía Gérard Macé pasó de la prosa al verso), la función de la “silueta hablante”, silueta que también es flotanteentre sueño o medio sueño, fórmula que pertenece al vocabulario cinematográfico para designar a esos figurantes que vemos discretamente al fondo de una escena.

Gérard Macé publicó un libro a principios de 2024 que recoge las principales entrevistas que ha concedido durante los últimos veinte años (librero giratorioediciones Le temps que il fait, 2024). Una de las últimas entrevistas (“Un uso poético del conocimiento”), inédita, que data de 2022, es casi contemporánea de la composición de silueta parlante y aborda los mecanismos en el origen de la creación de la obra o (para citar a Francis Ponge) la “fábrica de la pradera”. “Me gusta lo que me nutre, lo que flota”, responde, “lo que encuentra ecos, se transforma. Me gusta vivir con lo que tengo en la cabeza…” Agrega que prácticamente no tiene borradores, que desordenado no y, un poco provocativamente, que no le gusta trabajar, antes de explicar en qué consiste su método: “Así que trabajo mucho mentalmente, lo que creo que da un ritmo particular a la frase. Hay algo interior, hay una música en la frase. […]. Es una palabra interior que se convierte en escritura. » La afirmación « ya no escribo » se entendería en este sentido: sólo escribo lo que me recito a mí mismo, de memoria ; Luego simplemente lo copio en la página. Un método que se aplica especialmente al poema cuando la prosa, a fuerza de ser masticada mentalmente, se convierte en verso.

La posición o postura es la del soñador. Gérard Macé trabaja dormido, tumbado, y repite lo que se le pasa por la cabeza. “El tigre ya no ronda nuestras casas / es el oso polar que viene a hurgar en nuestros contenedores de basura. » Reconocemos afinidades que van desde Nerval, Proust hasta Michaux pasando por los surrealistas. Los poemas rara vez tienen título (sólo tres, entre los primeros: “Teatro de verdor”, “Bosque y farmacia” y “Consejos a los músicos”). A veces el incipit en cursiva juega este papel: naturaleza en el hombre ; El océano es un orador terrible. ; una puntada roída se llevó todo el trabajo ; mujeres semidesnudas del mundo ; fe, esta suela indestructible ;el cantante llega tarde…Quienes conozcan los libros de Gérard Macé encontrarán los temas de una obra inclasificable que navega entre géneros, épocas y mundos.

Algo también regresa: la infancia, la historia de los orígenes familiares que encuentra en la fábula, el cuento o el mito una forma de contarse… Los misterios del circo… Los poderes del sueño o de la memoria… La llamada del mar abierto, la invitación viajar, Ariel y Próspero, Baudelaire, Conrad, Moby Dick, esta en los barcos…el Oriente, Las mil y una noches… el pájaro de Minerva, un “búho” en uno de los poemas, más hegeliano que nietzscheano, que para nosotros alza el vuelo al anochecer… Uno de los temas, que al final parece imponerse más, giraría en torno a la muerte, nuestra muerte o la de otros, como un “fantasma que acompaña al difunto”. La referencia sin duda no es la adecuada, pero siempre llega un momento en el que empezamos a meditar sobre nuestra propia vejez, a escribir nuestra de vejez. Y Gérard Macé lo hace a su manera, manejando muy sutilmente la ironía o el humor, convocando figuras amigas, Charlot, los payasos de Fellini, un diálogo de Leopardi entre la moda y la muerte, los acróbatas de Jean Starobinski…

Cuando el cuerpo ya no es el indicado
un acróbata o un ciclista,
todavía sueña con hazañas.

El envión es mi figura favorita,
que tomo prestado de los levantadores de pesas.
Una vez al día me tiro por encima del hombro.
la bolsa voluminosa del pasado
para que me ofrezca un futuro,
hacia el cual avanzo mientras cuento mis pasos.

Pero el invierno debe ser duro.
Para aquellos que no tienen recuerdos.

Gerard Macé, silueta parlanteGallimard, enero de 2025, 100 págs., 15 euros

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