“Cronos. Occidente lucha contra el tiempo”, de François Hartog, Folio, “Historia”, 448 p., 9,90 €.
“La era de las tiranías. Pensar en resistencia (1923-1937)”, de Elie Halévy, editado y presentado por Vincent Duclert, prefacio de Perrine Simon-Nahum, Les Belles Lettres, “El sabor de las ideas”, 248 p., 15 €, digital 11 €.
“Noticias en tres líneas”, de Félix Fénéon, Mercure de France, “Le petit Mercure”, 128 p., 8 €.
Si el tiempo es nuestro río comúntambién es un elemento que puede fluir, hervir o tornarse tempestuoso. Esto se evidencia en “Chronos”, “Kairos” y “Krisis”, las tres categorías temporales, las tres “regímenes de historicidad”estas intensidades del tiempo histórico solicitadas por François Hartog, especialista en historiografía grecorromana y pensador de las aventuras de duración histórica, para evocar en Cronosprecisamente, Occidente lidiando con el tiempo, desde los Evangelios hasta el Antropoceno.
Si “Chronos” define “tiempo ordinario”tiempo que lo engulle todo en sus fauces abiertas, el del Saturno de Goya, tiempo que va y va, “Kairos” marca el advenimiento de “la oportunidad, [du] momento decisivo ». Allí el tiempo se pone tenso. “Krisis”, la Atropos del trío, el tercer destino, el que corta, resulta ser el momento apocalíptico, último y concluyente: la hora del juicio y de la mutación definitiva. Estas tres herramientas de investigación, auténticos contadores Geiger capaces de medir intensidades escatológicas, François Hartog las lleva a lo largo de la historia occidental, mostrándonos los “Chronos” medievales magnetizados por “Kairos”, perseguidos por “Krisis”, retomando una autonomía disputada durante la era de Humanismo, Ilustración y siglo XIX.mi siglo, luego cuestionado nuevamente en la época contemporánea, el de la bomba. Una lucha por la influencia en la que las figuras y los tiempos bíblicos chocan en un período secularizado. Una cuarta categoría que irrumpe en (des)favor de las crisis contemporáneas, la del “presentismo”, fruto de un desalojo del pasado que ya no es un modelo sino un contraste, de una ausencia de futuro y de una histerización del presente. , el momento T se ha convertido en un ídolo frenético, un minuto-apocalipsis.
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Entre la gama de términos Capaces de calificar no la efervescencia histórica (crisis, decadencia) o los marcos de duración (siglo, milenio), sino las divisiones de la historia-material, los humanos tienen a su disposición un léxico preciso: edad, era, época, período. Péguy distinguía entre el apogeo del “período”, donde ya no sopla el viento de la historia, y la “época”, el momento intenso de los héroes y mártires. El 28 de noviembre de 1936, el historiador de Inglaterra, el socialismo y el filósofo Elie Halévy entregó una comunicación ante la Sociedad Francesa de Filosofía que siguió siendo famosa por su lucidez y urgencia, declarando que Europa había entrado en “la era de las tiranías” desde 1914.
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