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Este miércoles 20 de noviembre, varios residentes de una residencia de ancianos de Gersois, la Roseraie de Auch, se reunieron en el centro de actividades y cuidados adaptados. El evento de hoy: un taller de biblioterapia. Informes.
Una ligera lluvia golpea las baldosas. A pesar del frío invernal que azota el departamento, el ambiente es cálido en el centro de actividades y cuidados adaptados de la residencia de ancianos Auscitain de la Roseraie. Como preámbulo de una sesión de “biblioterapia”, Pauline, voluntaria, presenta un cuadro a un pequeño grupo de residentes.
“¿Quién puede describirme este cuadro?”, pregunta el voluntario, que tiene formación en biblioterapia. Cautivados, los vecinos participan con entusiasmo. “Está un poco oscuro”, dice Françoise. Otro comenta: “Vemos gente mayor, otros menos”. Durante unos minutos, todos participan en este ejercicio de historia del arte.
Luego, rápidamente, el silencio invade la habitación. Pauline comienza a leer. Hoy en día, lo que se lee es la historia de un pescador que se encuentra en dificultades para alimentar a su esposa e hijos. Una vez terminado, Pauline lanza una mirada pícara a sus residentes, “entonces, ¿de qué se trataba este relato?”, y todos comienzan con su análisis.
“Un momento de escape”
Cada dos semanas, Pauline va al asilo de ancianos Auscitain para impartir estos talleres de lectura. “Hago sesiones de lectura en voz alta, además de pequeños ejercicios para estimularlos constantemente, de modo que haya intercambios con ellos”, explica Gersoise. En realidad se trata de sesiones de biblioterapia, “cuidado a través de los libros”.
“Los vecinos comentan lo que leo, el principio es que funciona en su memoria. Empiezo a leer, lo que es un momento de evasión para los vecinos presentes, se calman y luego comentamos la historia”, dice el voluntario. Un momento importante del trabajo de la memoria, ya que algunos residentes padecen trastornos neurocognitivos. “Para ellos, es difícil seguir exactamente el hilo de la historia, pero el hecho de escuchar una voz que les cuenta historias, a menudo ligadas al pasado, les permite trabajar”, explica Jennifer Pasqualini, asistente de atención gerontológica y responsable. para el PASA de este asilo de ancianos.
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A través de varios ejercicios, como recordar un recuerdo de vida relacionado con la historia leída, los residentes pueden mantener su memoria. “Lo interesante para nosotros, más allá de que tienen problemas de visión y de que ya no pueden leer por sí mismos, es que hay un aspecto de reminiscencia. En cada taller se trabaja mucho. La memoria Pauline también les presenta obras artísticas, por lo que también hay trabajos de conocimientos generales.
“Me gusta cuando me llevan allí”
Como siempre, Pauline cierra el taller con un toque musical. “Siempre termino con la música. Hoy vamos a escuchar la canción escrita por Charles Dumont: ‘Non je ne Sorry rien’ (uno de los mayores éxitos de la cantante Edith Piaf, Nota del editor)”.
El taller en su conjunto es muy apreciado por Françoise, residente de la residencia de ancianos. “Me gusta cuando la gente me lleva allí. Me gusta cuando otros leen y me dejan escuchar. Cuando estoy aquí me lo paso bien”. Opinión compartida por otro residente, que siguió participando en los distintos ejercicios. “Este taller me hace pasar un momento. Me recuerda a cosas del pasado, más que quedarme en la habitación o ir a pelar verduras, eso me interesa más”, concluye.
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