“Los libros infantiles también tienen una dimensión psicomotriz”

“Los libros infantiles también tienen una dimensión psicomotriz”
“Los libros infantiles también tienen una dimensión psicomotriz”
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Pros de la primera infancia: ¿Cómo surgió el deseo de contar historias en sus prácticas de psicomotricidad?

Pascale Pavy : Hace 20 años trabajé como psicomotricista en un hospital pediátrico y de rehabilitación trabajando con niños pequeños y quería transmitir mis conocimientos para que pudieran ser adoptados por profesionales que atienden a niños pequeños. Por eso me imaginaba forma bebeun juego de manos, para abordar los cuidados intrusivos en el cuerpo del bebé, como una inyección, con ligereza y diversión. Mis comentarios también se dirigieron a la conciencia y el esquema corporal, así como a la coordinación motora. Unas enfermeras lo tomaron y mientras funcionaba, imaginé otras historias con las manos y así nacieron. Los formidables.

¿Qué tienen de “genial” para los niños pequeños?

Cada personaje es interpretado por la postura de la mano que imita la historia. La mano acaricia, besa, juega con el cuerpo y en el espacio. Hay rimas y ritmo. El niño asocia el sonido con el gesto y se convierte en actor de la historia. En este libro, contado con las manos y el cuerpo, los intercambios son alegres entre niño y adulto, se refuerza la comunicación verbal y física. A partir del placer de estar en movimiento, el niño toma conciencia de su cuerpo y coordina sus movimientos.

Acabas de publicar una nueva serie con Larousse con My Little Story to Mime. ¿Sigue el mismo principio?

Sí, con, además, en cada título, una historia y varios puntos de entrada: motor, sensorial, cognitivo, neurológico y psicoafectivo. Tomemos el ejemplo de Clac clac, cangrejito :

En la roca del cangrejo todo está en calma ¡Shhh!

Sólo escuchamos las olas del mar chchchch

(ponga el dedo índice en los labios cuando haga silencio, luego haga mímica de las ondas con la mano derecha agitando el brazo hacia adelante y hacia atrás cuando haga shchchch)

Las neuronas espejo se activan en el cerebro con la simple visión de estos dos gestos. Permitirán al niño fortalecer los circuitos neuronales que generan estas acciones. A medida que se desarrolla y su capacidad para reproducir el gesto motor, estas neuronas permiten conectar los movimientos que observa con sus propios movimientos. Cualquier gesto imitado que tenga significado –como el gesto de colocar el dedo índice sobre los labios asociando la onomatopeya shhh– introducirá al niño en el mundo de la representación, la representación a través del gesto y del sonido. Este es el principio de las canciones infantiles, pero existe el soporte del libro que añade una representación mental gracias a la imagen asociada al sonido y al gesto…

Por lo tanto, el libro es para usted un apoyo que también favorece el desarrollo motor de los niños pequeños.

Para mí es obvio. Los cuentos y libros infantiles también tienen una dimensión psicomotriz. En cualquier caso, ésta es mi manera de entenderlos como autor. Y como el libro es un medio que se puede transmitir, sé que los profesionales de la primera infancia lo utilizan. En los cursos de formación que dirijo veo que se apropian físicamente de los libros, entienden todos los beneficios psicomotrices para el niño.

Esto requiere poner tu propio cuerpo en movimiento… ¿Cómo logras que quieran leer involucrándote físicamente?

El acercamiento corporal puede asustar, pero en la formación, los profesionales rápidamente toman conciencia de su espontaneidad gestual y facial, se dan cuenta de que los gestos o expresiones faciales son naturales porque están asociados a la historia. No es sólo la voz la que lo dice. Todo el cuerpo puede moverse, incluso los rostros mediante expresiones. La mayoría de libros para niños pequeños lo permiten porque la dimensión física y psicomotriz está presente en los cuentos infantiles. Los vídeos acompañan las pequeñas historias para imitar en busca de inspiración, pero no hay un modelo a seguir.

Si el profesional no lo siente, puede ceñirse a una lectura más estática, siempre que el placer esté ahí. Lo principal es que el lector se percibe a sí mismo con naturalidad. En ningún momento los aspectos motores deben sobrecargar los sentidos del niño; No hay necesidad de dramatizar la historia, simplemente dejar que surja la expresión que parece justo en ese momento de la historia.

Sobre todo porque los libros, incluido el suyo, evocan otras dimensiones, especialmente sensoriales y emocionales…

Como psicomotricidad, tenemos en cuenta no sólo el dominio motor sino también el emocional, cognitivo y sensorial. En su acercamiento al libro, el niño pequeño establece conexiones entre lo que ve, lo que oye, lo que toca pero también lo que percibe a partir de nuestra expresión motora… todo esto le permite dar sentido al contenido de la historia, identificar sus emociones y por qué no jugar con sus miedos. Estos momentos de relación triangular (niño, adulto, libro) son muy importantes para fortalecer la seguridad emocional. Sobre esta base esencial se estimula la imaginación, el conocimiento y la atención del niño.

Su último libro, que acaba de publicar Casterman, es muy diferente… ¿Cómo pueden los profesionales hacerlo suyo?

Es un libro espejo que resalta la motricidad libre. A diferencia de los pequeños cuentos para mímica, no hay ningún cuento que atraiga la imaginación del niño pero las ilustraciones y las palabras le permitirán tener imágenes mentales de su cuerpo y de sus juegos motores. Como acaba de ser lanzado, todavía no he podido observar cómo lo utilizan los profesionales. Sería interesante que en cuanto vean al niño levantar los pies del suelo para moverse o acomodarse en una posición, le muestren la imagen y le digan el texto correspondiente en mira lo que puedo hacer. ¡El efecto espejo estaría garantizado!

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