La detención de Boualem Sansal es una ignominia digna de una dictadura. Es fácil imaginar que los comentarios de este escritor sobre el Sáhara Occidental y Marruecos podrían haber irritado al gobierno argelino. Pero de ningún modo se trató de un ataque a la seguridad del Estado y menos aún de terrorismo. ¿Desde cuándo la libertad de expresión constituye un peligro existencial para un Estado que se dice democrático?
El mundo de los libros está despertando y eso es bueno. Pero, más allá de los escritores y académicos, sería bueno que los bibliotecarios también hicieran oír su voz. Llegan directamente a gran parte de la población a través de su amplia red y el público en general confía en ellos. Ciertamente, parte de este público puede sentirse solidario con su país de origen. Sin embargo, el papel de las bibliotecas consiste precisamente en defender, no tal o cual sensibilidad, tal o cual ideología, sino el principio mismo de poder expresarse, sin correr el riesgo de ir a prisión.
Lucidez y gran coraje.
Resulta que invité varias veces. Boualem Sansal En el BM de Lyon en los años 2000 pude medir su lucidez y su gran coraje en relación con cuestiones como el ascenso del islamismo. Hoy es uno de los pocos escritores, con Salman Rushdie y Camello Daoudpara recordarnos sin rodeos –a nosotros, que se supone que hemos heredado la Ilustración– el precio de la libertad de pensamiento.
En un mundo en el que las bibliotecas son cada vez más vigiladas y atacadas en nombre de proteger a tal o cual comunidad, incluso en algunos estados de Estados Unidos, es hora de hacer campaña por el universalismo y su corolario: el “Estado de derecho”. Un universalismo abierto a la pluralidad de opiniones y tradiciones, ciertamente, pero firme en su proyecto de trascender el sectarismo. Un Estado de derecho preocupado ante todo por proteger las libertades individuales.
En estos dos puntos esenciales, que son su razón de ser, el honor de las bibliotecas públicas sería realizar, con una sola voz, la labor de información y educación. Esta sería la mejor manera de ayudar a un escritor que lo necesita, Boualem Sansal.
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