¿Quién fue el hombre detrás del artista? La pregunta, un poco vaga, surge una y otra vez cuando se trata de retratar a una personalidad que ha desaparecido o está en proceso de desaparecer. En el caso de Fernando Pessoa, sin embargo, la formulación más acertada sería sin duda la siguiente; ¿Quiénes fueron los artistas detrás del hombre?
Porque el escritor portugués, que murió a causa de un hígado dañado por las cantidades de alcohol que consumía diariamente, llevó una vida artística bastante singular, fatalmente ligada a su destino personal. En su nueva novela gráfica, Nicolás Barral, que se propuso contar la historia de Portugal desde sus orígenes en la magnífica Sur un air de fadoadopta un punto de vista original ya que, lejos de ofrecernos una película biográfica “estúpida”, narra los últimos días de la turbulenta existencia del hombre de letras, huérfano de un padre demasiado joven y que lucha por adaptarse, entonces, a la Exiliado australiano deseado por su madre, con un segundo marido que poco gustaba al pequeño Fernando.
guillement¿Qué hacer cuando no tienes amigos? Nosotros los inventamos. ¿Cuánto cuesta? Tanto como sea necesario. Y si somos escritores, ellos serán escritores.
“Era mejor para mí escribir que arriesgarme a vivir.“, escribió más tarde, y entendemos por qué. Solitario, si no alegre, Pessoa regresó a Lisboa a los 17 años, y allí firmó una abundante obra, con su propio nombre, pero también con multitud de seudónimos… que consideraba más bien heterónimos ya que estos otros novelistas eran, en su Ojos, verdaderamente vivos, dotados de energía y estilo propios, Schizo, no, ¿sólo un escritor?Todos necesitamos testigos de nuestra existencia, que le den sentido.estima Barral. Entonces, ¿qué haces cuando no tienes amigos? Nosotros los inventamos. Cuánto ? Tanto como sea necesario. Si eres escritor, ellos serán escritores. E inventaremos una obra para todos ellos. Y entonces nos ofreceremos el increíble lujo de poder vivir varias vidas. Porque ¿por qué nos condenaríamos a serlo? ¿No todo el mundo usa mascarilla de vez en cuando? ¿Por qué no abrazarlos y ofrecerse una vista panorámica del mundo? ¿No es esa la mejor manera de llegar a la verdad de las cosas?“
El inquieto señor Pessoa No se habla, por tanto, sólo del poeta y novelista portugués, del que un joven autónomo portugués se compromete a escribir aquí la futura necrológica. Pero también del misterio de la creación. Y Barral encuentra algo en común con su prestigioso mayor: “Me sentiría tentado a incluirme también en la tribu de los inquietos. Siempre me he sentido más cómodo en la ficción que en la realidad. Paso mi vida a caballo entre los dos.”