CRÓNICA – El autor de la novela coronada con el Premio Goncourt en 2020 abandona la imaginación para contar una historia real.
Este artículo proviene de “Revista Figaro”
En su casa de campo, Hervé Le Tellier descubre un nombre grabado en una pared: “André Chaix”. Otro habría borrado estos grafitis con llana y yeso, pero cuando presides el Oulipo estás atento a las señales del destino; el azar se convierte en una limitación literaria. Le Tellier empezó a husmear como Modiano en 1997 cuando encontró el nombre de Dora Bruder en un viejo número de París-Soir. Este nombre, André Chaix, era el de un combatiente de la resistencia asesinado a los 20 años por una columna de tanques alemanes, el 23 de agosto de 1944, en Grignan. ¿Quién era este joven? Un chico guapo involucrado en el FFI, un amante cuyas cartas y fotografías encontró Le Tellier, un aventurero dispuesto a sacrificar su vida para liberar su patria.
Cuando un novelista acaba de tener un éxito masivo con una obra de imaginación salvaje (La anomalía vendió un millón y medio de ejemplares, antes y después de la adjudicación del Goncourt en 2020), podría haber estado tentado de explotar…
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