Una biblioteca, un antro de conocimiento, desde 1764

Una biblioteca, un antro de conocimiento, desde 1764
Una
      biblioteca,
      un
      antro
      de
      conocimiento,
      desde
      1764
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Esta fotografía anterior a 1940 magnifica el clasicismo inteligente de esta Casa, sede del saber y la caridad. ©EDA

En Tournai, que desde muy temprano se enorgulleció de contar con encuadernadores, impresores y libreros, no había biblioteca pública. Informes y tratados de la ciudad, libros de contabilidad, volúmenes raros y libros de horas de particulares forman la mayor parte de los volúmenes.

Sin embargo, los eruditos se rodean de libros, sobre todo de cánones. En su despacho se encuentran sobre todo libros necesarios para su estado, pero también tratados de historia, ciencia y geografía. Muchos canónigos y obispos los donan en vida o por testamento, constituyendo así la base de la biblioteca capitular.

El alojamiento es sencillo, como lo demuestra esta pequeña sala de estar contigua al dormitorio. ©EDA

La iniciativa de los colegas reunió estas colecciones privadas mediante la construcción (1755-64) de los “Anciens prêtres”. En el piso superior, los volúmenes nutren la gran sala (40 x 20 m) luminosa, con parqué en espiga, carpintería, montantes y estantes de roble del mismo color, aserrado en cuartos. El coste (3140 florines) exigió la venta de una parte importante, es decir, 6000 grabados de los mejores maestros y la colección de medallas (octubre de 1762).

El tímpano es el broche de oro del edificio. No es obra de Nicolas Lecreux, un artista por lo demás excelente que se limitó a diseñar la maqueta (1757 por 220 florines); la escultura de la alegoría de la Virgen protectora de las Artes y las Ciencias es obra de Jérôme Denau, cuya carrera no ha quedado registrada en la historia.

Un lugar de paz y meditación, el jardín interior era un lugar especial para los residentes. ©EDA

En la noche del 3 de julio de 1794, las tropas de la República, tras una corta estancia en 1792, se instalaron hasta el 17 de febrero de 1814. Nada sería igual “antes”.

Los delegados del Estado o de los Dominios van a la vanguardia con instrucciones precisas que, con sus partidarios de Tournai, ejecutan. En una amplia gama de órdenes, decretos y leyes, recordemos la desaparición de las corporaciones, de los consistorios y la ley del 15 de Fructidor del año III (02.09.1795) que ratifica la supresión de las casas y establecimientos religiosos.

Con el Nuevo Régimen instaurado en 1791, la vida cotidiana de los canónigos cambió enormemente. ©EDA

Francia se convierte en propietaria de multitud de iglesias, conventos, monasterios, hospitales para religiosos y religiosas, tanto de contenidos como de contenedores.

Los edificios se adaptaron a las necesidades de los ocupantes (la iglesia de los dominicos se convirtió en el Templo de la Ley, la de los carmelitas en una prisión). Los monjes y monjas abandonaron su casa en noviembre de 1797. Todos los signos religiosos externos tuvieron que desaparecer: cruces, estatuas escondidas o mutiladas, campanas retiradas…

Notre Dame requiere toda la atención del ocupante. Hay planes para demolerla y construir calles a su alrededor, como en la Abadía de Cluny (F), para luego venderla.

Para aquellos que ya no pueden acudir a la iglesia, en la casa se ha instalado una pequeña capilla. ©EDA

El 17 de enero de 1799, el Ministerio de Finanzas declaró que el departamento de Jemappes ponía en subasta la antigua catedral de Tournai y adjuntó un informe de valoración elaborado por el perito Jean-A Carbonaro y un croquis.

La estimación establece un precio de 1.400.000 libras con esta nota: “CEl monumento ofrece un resultado de demolición singularmente ventajoso para el comprador”. Y esta adición: “Este inmenso edificio merece ser conservado como monumento de las artes, realizado en el más puro gótico, notable por el tipo de mármol azulado con el que está construido.”

Los franceses también codician los libros, pero el habitante de Tournai se resiste. (Continuará)

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