“Roman de gare” de Philibert Humm: la aventura es aventura

Basta con un comentario un poco inoportuno (“Oye, tú, aventurero, ¿cuándo te vas de nuevo?”) para que se ponga en marcha. Picado, nuestro joven ganador del Premio Interallié por “Roman fleuve” en 2022 decide hacer las maletas, llamar a su buen amigo, el gran Simon, y dirigirse a la estación de maniobras de Villeneuve-Saint-Georges. ¿Dirección? ¡Lo desconocido! Philibert Humm se retrata a sí mismo en “Roman de gare” como un “vagabundo” moderno, aquellos que huyen de la ciudad para vivir mejor la aventura al aire libre. Pero Philibert también es un matón y un granuja literario.

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El retrato de una Francia dañada

Con un humor feroz y un estilo florido, nos sumerge en un viaje onírico. Si se burla de los habitantes de las ciudades, es para celebrar mejor la belleza de una noche estrellada en el Puy-de-Dôme. Si detecta una parte de humanidad en cada bistrot, sonríe a la “pequeña dama” que se esconde tras su cortina. Humm reprende a su lector, lo invita a reflexionar y lo hace reír con sus interminables digresiones. A lo largo del camino, pinta un retrato de una Francia ruinosa y deteriorada, que no entiende mucho de la velocidad del mundo actual. Todo esto está escrito sin acritud, sin demasiada seriedad tampoco, pero con la delicadeza de la gente buena y feliz.