Historia
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El historiador especializado en lo íntimo se ha centrado en un álbum fotográfico realizado por un ex militar y que relata su luna de miel tras las huellas de la Gran Guerra.
Abundan las novelas basadas en un objeto vinculado a la memoria familiar o de un desconocido. Es más raro que se trate de un ensayo histórico. Boda de ceniza, Camille Vidal-Naquet recurrió a un álbum fotográfico excepcional conservado en el Historial de la Grande Guerre de Péronne (1). En 1920, el ex-poilu Debaecker regaló a su esposa Berthe este pesado (ocho kilos) álbum ilustrado que recuerda el viaje de novios realizado un año antes, a las huellas aún humeantes del conflicto. Visitar pueblos y ciudades en ruinas, contemplar extensiones de agujeros de obuses, dormir en hoteles improvisados, podría parecer una idea perversa. ¿No habría sido mejor ir a la Riviera o a Italia? En cualquier caso, este viaje de tres semanas se inscribe en el movimiento más general del turismo de guerra. En 1919, representaba el 75% de las visitas turísticas a Francia según la historiadora Emmanuelle Danchin.
La “apuesta de lo singular”
Clémentine Vidal-Naquet demuestra aquí cómo una historia íntima durante la guerra del 14 puede ser fascinante. Ella ya ha trabajado mucho en la correspondencia colosal durante este conflicto entre el frente y la retaguardia. Boda de ceniza, Ella nos lleva a un estado de vértigo.
