“Primeros shocks”, los Levantamientos de la Tierra repasan tres años de combates en un libro escrito “por varias decenas de manos”

“Primeros shocks”, los Levantamientos de la Tierra repasan tres años de combates en un libro escrito “por varias decenas de manos”
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Sale este viernes 19 de abril de Editions de la Fabrique. “Primeros shocks”, el trabajo colectivo de Earth Uprisings repasa tres años de existencia del movimiento.

“Hace un año que los confinamientos se sucedieron. Los vecinos de la ZAD decidieron lanzar una invitación a una asamblea convocada a “mover cielo y tierra” con algunas propuestas concretas.

Así comienza la historia de los Levantamientos de la Tierra. En enero de 2021, durante una asamblea general que reunió a 200 personas en el bocage de Notre-Dame-des-Landes, cuando todavía “prohibido reunirse, pero imposible no organizarse más“.

Dado que las marchas por el clima sólo han tenido como resultado, en el mejor de los casos, una ecologización del discurso político e industrial, ya que la aparición de los chalecos amarillos ha sido reprimida, ya que grandes manifestaciones como las contra la legislación laboral no han detenido la disminución de los derechos sociales, ya que Fueron necesarios 40 años de movilización sin precedentes para hacer retroceder un solo proyecto de aeropuerto, debemos organizarnos de otra manera.

Esta es la observación de los miembros fundadores que participan en este encuentro. Agricultores, activistas comprometidos contra el cambio climático, activistas autónomos experimentados en diversas luchas, miembros de colectivos locales, comprometidos con la defensa de los territorios frente a proyectos de desarrollo…

De esta convergencia surgió, hace tres años, un texto fundacional, una llamada a inventar nuevas resistencias, a reapropiarse de la cuestión de la tierra, de la tierra, del agua, y de las primeras fechas de las manifestaciones, en toda Francia, desde las canteras de Saint-Colomban hasta acciones dirigidas a las empresas constructoras que trabajan en el proyecto del Gran París, incluida la defensa de jardines o cultivos, desde Rennes hasta Besançon.

Es esta historia, y las siguientes, la que cuenta “First Shakes”.

Escrito por varias manos, de colectivos involucrados en diferentes luchas, este libro es al mismo tiempo una historia testimonial, un manifiesto político, un análisis de los males que azotan a nuestras sociedades.

Empezamos a pensar en la relevancia de este libro en un año de cambios bastante significativos, porque el gobierno quería hacernos desaparecer. explica Benoît Feuillu, miembro de los Levantamientos de la Tierra.

Este intento fallido tuvo como consecuencia dar mayor visibilidad al movimiento, y también fue un momento en el que la base se amplió, se crearon cerca de 200 comités locales del Levantamiento de la Tierra en el país.

Con semejante audiencia, los folletos, los comunicados de prensa y las entrevistas parecían insuficientes para aclarar las grandes hipótesis del movimiento.

¿Qué significa emanciparse del complejo agroindustrial? ¿Qué queremos decir con desarmar el hormigón? Son hipótesis políticas sobre las que no queremos simplemente teorizar, sino actuar concretamente”.precisa Benoît Feuillu.

Así, la historia de una de las primeras acciones, dirigida al puerto logístico de Genevilliers, un “Mordor industrial” que alberga tres centrales eléctricas, un depósito de áridos y una terminal de cemento, lleva al lector a la historia de una acción espectacular, para comprender mejor llevarlo hacia una reflexión más política.

Desde la historia del hormigón, las moléculas que lo componen, hasta el mundo que ha contribuido a dar forma: almacenes, centros de datos, carreteras y puentes que han reestructurado ciudades y campos, el capítulo cuestiona el extractivismo, los accidentes laborales que afectan a uno de cada 18 trabajadores de la construcción cada año, etc.

Contra el hormigón y su mundo, los levantamientos de la Tierra plantean la cuestión del desarme. Desde el desmantelamiento de una cuenca en Sainte-Soline hasta la retirada de puré industrial en las afueras de Nantes, pasando por el simple corte de un cable eléctrico de una planta de hormigón, el libro analiza diferentes acciones, describe cómo fueron imaginadas, construidas y pensado detenidamente, sin ocultar dudas, preguntas, errores estratégicos o el riesgo real de agotamiento de los activistas.

Como cualquier movimiento, enfrentamos paradojas y desafíos. El del ritmo activista. El de tener formas de acción concretas, pero que puedan ser apropiadas por miles de personas. No tuvimos la voluntad de ocultar nuestras contradicciones.“, explica Benoît Feuillu.

Si no se parece a ningún otro ensayo político es porque la obra fue escrita”con varias docenas de manos“, por personas comprometidas contra las cuencas, contra la A69, contra las canteras de Saint Colomban o en las diferentes comisiones del movimiento: comunicación, formación, apoyo jurídico, vinculación con las luchas locales…

Mientras organizaban acciones, preparaban recursos o defendían a activistas ante los tribunales, estas personas escribían, discutían, releían, debatían, reescribían. “Nuestro libro está extraído de la experiencia directa, concreta e inmediata.“, resume Benoît Feuillu, que justifica así la duración, según él, del proceso de escritura.

Unos diez meses para producir estas 296 páginas de reflexión densa y abundante, desde el corazón de un movimiento aún en proceso de inventarse.

No sabemos de lo que somos capaces hasta que lo hemos hecho.” escriben los autores. Aunque no da instrucciones predefinidas, la forma de construir formas de organización también constituye uno de los desafíos del libro, y la última parte está dedicada en gran medida a estas cuestiones.

¿Cómo construir un modo de funcionamiento apoyándose en los recursos y el compromiso de unos pocos, capaz de garantizar el seguimiento de una comisión, sin caer en una verticalidad que socavaría la esencia misma de un movimiento multiforme?

Este libro también pretende inspirar la acción, mostrando cómo intentamos construir formas de organización política sostenibles y confiables.“, explica Benoît Feuillu.

Entre las hipótesis del movimiento, destaca la observación de que la defensa del “clima” sigue siendo un objetivo esquivo, casi desesperado, pero que “Las luchas locales permiten victorias basadas en objetivos alcanzables.“.

Esta red de luchas locales y organizaciones diversas en torno a un objetivo común, preservar el agua y la tierra, dondequiera que estos bienes comunes puedan verse amenazados, es hoy un caso único en el panorama europeo, como lo aclamó recientemente Andréas Malm, autor de “Cómo sabotear una oleoducto” durante su visita a París.

En conclusión, la obra promete: “‘Nos volveremos a encontrar para actuar, bloquear, desarmar,
para ocupar. Haremos todo lo que podamos, y más, para defender y recuperar la tierra y el agua.

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