En un cruce de caminos de Damasco, jóvenes voluntarios se improvisan como policías de tráfico desde que los agentes encargados de esta tarea abandonaron su puesto tras el anuncio de la salida de Bashar al-Assad tras una ofensiva relámpago de una coalición rebelde que se ha hecho con el poder.
El 8 de diciembre, cuando una alianza armada liderada por islamistas radicales tomó el control del país, algunos policías de tránsito abandonaron sus uniformes y motocicletas en las calles.
Esta ausencia ha provocado atascos de tráfico, especialmente en zonas donde los semáforos están fuera de servicio y donde los manifestantes celebran el fin de más de 50 años de gobierno indiscutible del clan Assad.
Ante esta situación, una organización local desplegó en las principales intersecciones y plazas más de 50 voluntarios, vestidos con chalecos “policiales” de color naranja.
“Amamos a nuestro país y queríamos ayudar a gestionar el tráfico de forma voluntaria. El país ahora es nuestro, mientras que antes pertenecía a una sola persona”, dijo a la AFP Baraa Kardazli, de 24 años.
– “Unir nos forces” –
Los voluntarios recibieron un rápido entrenamiento en gestión del tráfico bajo la supervisión del grupo islamista radical Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que domina la coalición que derrocó a Assad, y los equiparon con silbatos y porras.
Omar Merhi, responsable de la organización, afirma que los equipos, activos de 9 a 18 horas, resolvieron casi la mitad de los problemas de tráfico en sólo dos días.
Cerca de un parque, donde los semáforos han estado fuera de servicio durante una semana debido a cortes de energía, un voluntario, Mohammed Mouaffaq al-Awa, hace señales a los autos para que se detengan o pasen.
Más adelante, cerca de una plaza central, los niños venden combustible directamente a los automovilistas. Otros blanden la bandera siria de independencia adoptada por las nuevas autoridades, mientras pasean entre los coches.
En la capital ya es habitual ver coches de modelos recientes matriculados en Idlib o Alepo, dos regiones del noroeste del país anteriormente aisladas de Damasco porque estaban parcialmente controladas por los rebeldes.
Contrastan con los vehículos destartalados que se generalizaron durante el reinado de Bashar al-Assad debido a los altísimos impuestos de importación.
El Sr. Awa, un graduado en administración de empresas, no pensó que algún día se encontraría manejando tráfico.
Pero no oculta su alegría: “Estoy orgulloso de contribuir, aunque sea modestamente, a la reconstrucción de este país. Es fundamental que unamos fuerzas, sea cual sea la magnitud de nuestra contribución”.
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