DayFR Spanish

Más de 40 millones de personas tienen dificultades para alimentarse.

-
Según un nuevo análisis del Marco Integrado de Clasificación de la Seguridad Alimentaria (IPC), se espera que esta cifra aumente a 52,7 millones a mediados de 2025, incluidos 3,4 millones de personas que enfrentan niveles de hambre de emergencia (Fase 4). Las cifras generales de seguridad alimentaria incluyen datos de Cadre Harmonisé para África occidental y central y datos del IPC para la República Centroafricana.

A pesar de una disminución marginal en el número de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda en comparación con el año pasado, relacionada con la mejora de la seguridad y las precipitaciones superiores a la media en algunas regiones del Sahel, la inseguridad alimentaria sigue “agravándose”.

El número de personas que enfrentan niveles de hambre de emergencia (Fase 4 de CIF/CH) aumentó un 70 % durante la temporada poscosecha y un 22 % de junio a agosto de 2025 durante la temporada de escasez.

Nigeria, Camerún y Chad son los más afectados

“El círculo vicioso del hambre en África occidental y central se puede romper, pero esto requiere un cambio fundamental en nuestro enfoque. Necesitamos una financiación rápida, flexible y predecible”, afirmó Margot van der Velden, directora regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para África Occidental y Central.

Los países más afectados son Nigeria, Camerún y Chad, que en conjunto representan más de la mitad de la población total en situación de inseguridad alimentaria.

Las personas desplazadas por la fuerza se encuentran entre las más afectadas por la crisis alimentaria, lo que pone de relieve la necesidad urgente de intensificar la acción humanitaria y soluciones a largo plazo para combatir eficazmente la crisis alimentaria que afecta al Sahel y la región del lago Chad.

La inseguridad alimentaria en la región se debe a conflictos, desplazamientos forzados de población, inestabilidad económica y crisis climáticas. Más de 10 millones de personas han sido desplazadas por la fuerza en la región, incluidas cantidades significativas en Burkina Faso, Chad, Camerún, Mauritania, Níger y Nigeria.
Las personas desplazadas por la fuerza suelen quedar privadas de sus campos y pastos, lo que hace imposible la agricultura, vital para la seguridad alimentaria. Además, las crisis climáticas (en particular las mortíferas inundaciones de este año que afectaron a seis millones de personas), que se cobraron vidas y destruyeron medios de subsistencia, han perturbado la productividad agrícola.

El coste de la vida se ha disparado en los países costeros

“Debemos fortalecer e implementar programas integrados de resiliencia en los países más afectados y más allá. Además, debemos facilitar el acceso de los pequeños agricultores a fertilizantes producidos localmente para impulsar la producción de alimentos sostenibles, asequibles y nutritivos”, afirmó Robert Guei, Coordinador Subregional de la FAO para África Occidental.
Los altos precios de los alimentos y el bajo poder adquisitivo de los hogares están empeorando la crisis, haciendo imposible que muchas familias puedan adquirir alimentos nutritivos básicos. Estos problemas económicos son particularmente graves en países costeros como Senegal, Guinea, Sierra Leona y Nigeria, donde el costo de vida se ha disparado. Esta situación afecta considerablemente el estado nutricional de los niños.

En 2024, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estima que 16,3 millones de niños sufrirán desnutrición aguda, incluidos 5 millones en su forma grave. Los recientes estudios nutricionales realizados en el Sahel revelan también un deterioro de la situación en varias regiones.

“Cada dólar invertido en nutrición genera hasta 16 dólares en beneficios económicos a través de mejores resultados de salud, educación y productividad a lo largo de la vida”, afirmó Gilles Fagninou, Director Regional de UNICEF.

https://news.un.org/fr

Related News :