Si Navidad y Año Nuevo son tiempos para compartir, es mejor abstenerse de darle a Médor o Félix el sabor de la comida festiva. Una encuesta reciente entre propietarios belgas muestra que el 17% de los dueños de gatos y el 24% de los dueños de perros suelen compartir los restos de comida. “Debes ceñirte a la comida habitual específica para animales como snacks especialmente diseñados para ellos.insiste Fanny Ortans, veterinaria general de AniCura en Lieja.
Cuidado: las lámparas de sal son mortales para los gatos
Permitir que las mascotas limpien el cadáver del pavo no está exento de riesgos. Al igual que ocurre con el pollo, los huesos muy frágiles pueden afilarse al romperse y quedarse atascados en la garganta. “Muy pocas personas saben que las uvas, el ajo y la cebolla, frescos o pasas, pueden provocar graves problemas de salud, como trastornos gastrointestinales, pancreatitis, insuficiencia renal e incluso intoxicaciones. No debemos olvidar que un gato o un perro es pequeño comparado con un adulto.añade Fanny Ortans. Los frutos secos como las nueces y las avellanas pueden provocar indigestión en estos pequeños seres peludos.
El abeto, ya sea natural o artificial, resulta indigesto para el animal. “Un perro bebió agua del árbol de Navidad que había resina y vomitó toda la noche. Las espinas de plástico pueden crearle una obstrucción intestinal”, continúa el veterinario. “El árbol no debe dejarse desatendido. Un gato curioso puede subirse, hacerla caer y si las bolas se rompen, los restos cortarán las patas del animal. Si mastica las luces de colores, corre el riesgo de electrocutarse”.
Recomendaciones finales: Mantén las plantas tóxicas como la flor de pascua, el acebo y el muérdago fuera del alcance de tu mascota para que no pueda comérselas.
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