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Encaramada en una colina, marcada por las cicatrices de la guerra, la fortaleza del Crac de los Caballeros podría aspirar a una restauración, afirma su director. A condición de que las nuevas autoridades liberen los recursos para salvar este tesoro del patrimonio sirio.
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16 de diciembre de 2024 – 21:42
(Keystone-ATS) La fortaleza fue construida en el siglo XII durante las Cruzadas por los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, una orden militar católica, y su estado de conservación es excepcional.
Pero durante la guerra civil que estalló en 2011, el castillo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, situado en la región central de Homs, sufrió daños importantes.
Tras la caída del presidente Bashar al Asad y la toma de Damasco el 8 de diciembre, “nos encontramos ahora en un período de recuperación y esperamos recibir los recursos necesarios para restaurar lo dañado en el castillo”, afirmó a la AFP Hazem Hanna, director del castillo.
Disputada entre los beligerantes
La imponente fortaleza medieval, con capacidad para una guarnición de 2.000 hombres, se alza sobre una alta colina y domina los alrededores.
Una posición estratégica que provocó que fuera disputada por los rebeldes y las fuerzas del ex presidente, derrocado por una coalición armada liderada por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS). Esta posición fue finalmente reconquistada en 2014 por las fuerzas gubernamentales de Assad después de feroces batallas.
En la lista de patrimonio en peligro de extinción
En plena guerra, los combates causaron daños, especialmente en la iglesia y en el Gran Salón, famoso por sus columnas y bóvedas inspiradas en la arquitectura gótica.
La restauración se había iniciado, pero se vio interrumpida por las restricciones relacionadas con la pandemia de Covid, que también provocaron una disminución de la asistencia al lugar, que reabrió sus puertas a finales de 2018.
En 2013, mientras los combates arreciaban, el Crac de los Caballeros, pero también las ruinas monumentales de Palmira y la antigua ciudad de Alepo fueron incluidos por la UNESCO en su lista de patrimonio en peligro.
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