Un marinero francés esparció accidentalmente las cenizas de un completo desconocido tras un error hospitalario, informan los medios franceses Provenza.
El pasado mes de agosto, Stéphane Avedissian llamó a las autoridades preocupado por no tener noticias de su madre, de 85 años. El cuerpo del octogenario fue descubierto en su apartamento de Marsella.
Tras una autopsia, los peritos concluyeron que se trataba de una muerte natural y por ello entregaron a la familia un certificado de defunción y un permiso para enterrar los restos.
Dado que el último deseo del difunto era ser incinerado, el Sr. Avedissian y sus familiares tomaron todas las medidas necesarias para el funeral y la cremación.
El Instituto Forense, sin embargo, informa a los familiares del fallecido que no podrán ver el cuerpo durante el funeral porque “no es en absoluto visible”. Intrigados por esta información, los hijos y nietos de la dama, sin embargo, proceden con el funeral y la cremación.
El 17 de agosto, Stéphane Avedissian obtuvo las cenizas y se hizo a la mar con su familia para esparcirlas en el Mediterráneo, como deseaba su madre.
Cinco meses después, la policía se puso en contacto con él y le informó que el cuerpo devuelto tras la autopsia no era el de su madre, sino el de otra mujer, que perdió la vida durante el mismo período.
Más tarde se entera de que los restos de su madre todavía están en la morgue.
Un juez le aseguró entonces que los gastos del “segundo funeral” correrían a cargo del instituto forense, que también pidió disculpas a las dos familias afectadas por este error.
También se ha iniciado una investigación para determinar cómo se pudo haber producido tal sustitución y cuáles son las responsabilidades del instituto.
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