Tan pronto como el dictador se fue, a los sirios les dijeron que ya no eran bienvenidos. Mientras en Damasco la población sigue celebrando la caída de Bashar Al Assad, once países europeos ya han anunciado la congelación de las solicitudes de asilo. Es el caso de Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, Italia, Grecia… Tres países no pertenecientes a la UE también forman parte de este grupo: Noruega, Gran Bretaña y Suiza.
En Francia, el Ministerio del Interior indicó “trabajando para suspender los casos de asilo en curso provenientes de Siria” y de promesas “una decisión en las próximas horas”. La Oficina Francesa para la Protección de los Refugiados y Apátridas (Ofpra), el organismo independiente que gestiona las solicitudes de asilo, matiza un poco la afirmación. “Estamos siguiendo de cerca la situación en Siria, explica Julien Boucher, director de Ofpra. Y como siempre, en caso de que la situación evolucione en el país de origen, esto puede llevarnos a suspender temporalmente la toma de decisiones sobre determinadas solicitudes. »
Sin embargo, precisa, “no supone ningún obstáculo para la presentación de solicitudes”. Definido en la Convención de Ginebra de 1951, firmada por Francia, el asilo es un derecho consagrado en la Constitución. Consecuencia: “No podemos prohibir a nadie que solicite asilo y que se examine su solicitud, sea cual sea la situación geopolítica del país”. explica Laurent Delbos, responsable de promoción de la asociación Forum Réfugiés.
Requisitos de seguridad
También en Reino Unido, el Ministerio del Interior precisa que se trata de una medida “temporal, tiempo para evaluar la situación”. Está justificado por razones de seguridad. La situación en Siria sigue siendo caótica y existe el riesgo de que entre quienes huyen de Siria haya autores de crímenes contra la humanidad o terroristas.
Sin embargo, a los ojos de los observadores no hay duda: el rápido anuncio de esta medida técnica es ante todo una señal política. “No vengan más a Europa” es el mensaje dirigido a quienes huyen de Siria, o que estarían tentados a hacerlo.
Es más, algunos líderes de partidos europeos de extrema derecha van aún más lejos. Ya quieren aprovechar la caída del poder sirio para organizar el regreso de los refugiados a su país. Ésa es la idea del AfD alemán o de los demócratas suecos. Su líder, Jimmy Akesson, habló con los sirios en las redes sociales para decirles que la caída de Bashar Al Assad debería evitarse. “una buena oportunidad para volver” en su casa. Y no es el único. Gerhard Karner de Austria, ministro del Interior de un gobierno conservador, acusó a su administración de “preparar un programa de repatriación y expulsión a Siria”.
Revocar el estatus sigue siendo legal
¿Sería legal un programa de este tipo según las obligaciones internacionales de Austria? “La Convención de Ginebra prevé la pérdida del estatus de refugiado en determinadas situaciones, incluso cuando las circunstancias bajo las cuales se concedió ese estatus han dejado de existir debido a cambios políticos”. explica Catalina de la Sota, abogada del Colegio de Abogados de París (Zimeray&Finelle Avocats).
Por lo tanto, esto podría invocarse en relación con Siria. “Sin embargo, todavía es demasiado pronto para evaluar la situación y sus consecuencias: ¿vamos hacia un Estado más democrático? ¿Tenemos alguna garantía al respecto? Creo que es peligroso llegar a la conclusión de que el país ahora es libre. No jugamos con la vida de los seres humanos. Sigue siendo fundamental examinar cada expediente de asilo, caso por caso, porque cada persona tiene su propia historia”. señala el abogado.
Todo sucede hoy como si muchos gobiernos europeos quisieran, sobre todo, evitar que se repita la situación de 2015. En aquel momento, una ola migratoria había traído a un millón de sirios a Europa. En Alemania, Angela Merkel abrió las puertas y declaró “Allí llegaremos”. Nueve años después, los partidos de extrema derecha han florecido en muchos países europeos. Algunos incluso están en el poder. Y su crecimiento le debe mucho a la crisis de 2015, de la que dependieron.
Por eso, bajo la presión de la extrema derecha, muchos gobiernos europeos están tratando de evitar una nueva afluencia. En Alemania, el diputado conservador (CDU) Jens Spahn incluso propuso “fletar aviones” y destinar una bonificación de 1.000 € a “todos aquellos que quieran regresar a Siria”.
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Esta posición es objeto de debate en el seno del Partido Demócrata Cristiano alemán, bien situado para gobernar Alemania tras las próximas elecciones del 23 de febrero de 2025. Andreas Schwab, eurodiputado de la CDU, recuerda más bien que Alemania “Falta de mano de obra. Sin embargo, los sirios son un grupo que se ha integrado bien socialmente. Los que están ahí en general tienen un buen nivel de formación”subraya. Por lo tanto, en lo que respecta a la devolución, según él, debería ser “su elección, cuando llegue el momento en Siria”.
Ante los anuncios de congelación de las solicitudes de asilo para los sirios, las asociaciones piden que no se tome una decisión urgente. Catherine Woollard, directora del Consejo Europeo para los Refugiados y Exiliados (Ecre), se alarma al ver cómo los Estados europeos actúan “En la prisa por enviar gente de regreso antes de que el país esté seguro”. Ella pide a los gobiernos que “garantizar que el retorno sólo se produzca si es sostenible y se puede garantizar la seguridad”. Amnistía Internacional exige “la anulación inmediata de las decisiones de suspensión de solicitudes de asilo y el rechazo de los recursos de desestimación”.
La Unión Europea no gestiona directamente el derecho de asilo. La concesión del estatuto de refugiado sigue siendo responsabilidad de los Estados. Pero debemos recordar que Europa nunca ha estado en primera línea para dar la bienvenida a los sirios. La mitad de los 6 millones de personas que huyeron de Siria fueron acogidas en Türkiye. Francia, por su parte, tiene sólo 45.000 refugiados sirios.
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