Biden está considerando otorgar indultos preventivos a varias figuras prominentes que enfrentan represalias por parte de Trump una vez que asuma el cargo. El futuro presidente no ha ocultado su deseo de vengarse de sus críticos y oponentes políticos.
Biden acaba de generar polémica al perdonar a su hijo Hunter. Había asegurado varias veces que nunca le concedería el indulto presidencial. Hunter Biden se declaró culpable de fraude fiscal y también fue declarado culpable de mentir sobre su adicción a las drogas al comprar un arma. Citando “un error judicial”, el mentiroso Joe Biden afirmó que Hunter sólo fue acusado porque era su hijo.
Entre aquellos cuyos casos Trump quiere llegar a un acuerdo se encuentran la ex legisladora republicana Liz Cheney, el representante demócrata Adam Schiff, dos feroces críticos de Trump, y su ex presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, quien le dijo al periodista Bob Woodward que Trump Era “un fascista total” y “la persona más peligrosa para este país”.
El valiente Schiff dijo que estaría en contra de tal medida: “No creo que la idea de un indulto general sea una buena idea y lo desaconsejo”, añadiendo que había hecho saber esta posición a la Casa Blanca. .
Fue para supervisar esos procesamientos que Trump nombró a uno de sus secuaces, Kash Patel, para dirigir el FBI.
Una pena para Estados Unidos
Los indultos presidenciales tienen una larga y repugnante historia en Estados Unidos.
Antes de abandonar la Casa Blanca en enero de 2021, Trump indultó a decenas de amigos y cómplices acusados de diversos delitos, entre ellos su ex estratega jefe Steve Bannon y sus compinches Roger Stone y Paul Manafort. También indultó al padre de su yerno, que ya había cumplido su condena de prisión por evasión fiscal. Ahora ha llevado su insolencia y presunción al punto de nombrar a este preso embajador en París.
En 1974, un mes después de que Richard Nixon dimitiera en desgracia por el escándalo Watergate, su sucesor Gerald Ford le concedió “un perdón completo y absoluto” por cualquier delito que hubiera cometido mientras ocupaba el cargo.
Protegerse de Trump: misión imposible
Pero los indultos preventivos previstos por Biden no podrán proteger a las decenas de personas odiadas por Trump.
Al estar protegidos del procesamiento penal federal, aún podrían estar sujetos a demandas civiles ruinosas y prolongadas en estados controlados por los republicanos, entre otras cosas por “difamar” a Trump.
También podrían ser el objetivo de trumpistas fanáticos y con trastornos mentales, como el hombre que atacó al marido de la líder demócrata Nancy Pelosi o el hombre que fue asesinado al intentar asaltar una oficina del FBI.
Es una subestimación de Trump pensar que un indulto presidencial protegería a sus adversarios políticos de sus represalias. Tiene los medios para actuar fuera del sistema legal y está ansioso por utilizarlos.
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