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Marcas de pasta de tomate vinculadas al trabajo forzoso en China

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Keystone-SDA

Según una investigación de la BBC, varias marcas de concentrado y puré de tomate, vendidos en los supermercados británicos y alemanes, contienen tomates cultivados o cosechados por trabajadores forzados en China.

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2 de diciembre de 2024 – 17:07

(Keystone-ATS) A menudo presentados como “italianos”, estos productos contienen tomates procedentes de esta región china, donde el trabajo forzoso es una realidad denunciada por la ONU, aunque cuestionada por Pekín. Xinjiang, que disfruta de un clima adecuado para el cultivo del tomate, representa un tercio de la producción mundial de tomate.

La BBC recogió testimonios de catorce personas que fueron víctimas de trabajos forzados en la industria del tomate china. Estos últimos deben alcanzar cuotas elevadas –hasta 650 kilos por día– o correr el riesgo de sufrir descargas eléctricas o ser encarcelados. Aunque estas acusaciones son difíciles de demostrar, son totalmente coherentes, según la emisora ​​británica.

Petti destacó

Según la investigación, los tomates se transportan por tren desde China a Georgia, pasando por Kazajstán y Azerbaiyán, y luego por barco a Salerno, Italia, para su procesamiento. Se cita con frecuencia al grupo Petti, productor de su propia marca y distribuidor de marcas para los supermercados europeos.

Los análisis de laboratorio realizados sobre 64 productos diferentes, procedentes del Reino Unido, Alemania y Estados Unidos, revelaron que si bien la mayoría contenía tomates pera, 17 de ellos, entre ellos diez productos Petti, también contenían tomates chinos. También se llevó a cabo una investigación encubierta con el productor italiano.

Lidl reconoce

Informados de los resultados, los supermercados afectados declararon que se tomaban en serio estas acusaciones, sin poder confirmarlas. Sólo Lidl admitió haber utilizado – temporalmente – tomates chinos a través de su proveedor italiano Giaguaro, que por su parte aseguró que respetaba los derechos de los trabajadores y ya no utilizaba tomates chinos para los productos de Lidl.

A diferencia de Estados Unidos, que prohíbe todas las importaciones desde Xinjiang, Europa favorece la autorregulación, un enfoque criticado por las ONG.

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