¿Qué pasaría si la escuela promoviera el bienestar de los estudiantes?

“Los estudiantes son más que sus calificaciones”. (1) A medida que el año escolar llega a su fin y se evalúa el progreso de los estudiantes en términos de sus resultados académicos, cuestionamos la importancia que se le da al bienestar en la escuela.

La niñez y la adolescencia son períodos críticos para el desarrollo de actitudes duraderas que impactarán el bienestar personal y las elecciones de vida. La escuela, que ocupa un lugar considerable en la vida diaria de los niños, es tanto un lugar para comprender la salud física y psicológica de los estudiantes como para actuar al servicio del bienestar individual y social.

El bienestar de los estudiantes es un estado en evolución que se refiere a las capacidades y mecanismos psicológicos, cognitivos, sociales y físicos que promueven un estado general de buena salud y desarrollo.

“El bienestar y el éxito académico están estrechamente relacionados”. (2) El bienestar es uno de los requisitos previos esenciales para el éxito académico; el éxito es un elemento que potencializa el bienestar.

Promover el bienestar significa influir positivamente en diferentes factores: la autoestima; satisfacción con diferentes aspectos de la vida; la calidad de las relaciones e interacciones con los demás; el sentimiento de pertenencia, etc. También impacta favorablemente las emociones y aspiraciones positivas que los jóvenes tienen para su futuro, incluido su potencial para contribuir activamente a su comunidad. Promover el bienestar significa, por el contrario, luchar contra el abandono escolar y limitar las conductas de riesgo y los trastornos de salud mental.

La escuela es el lugar donde los estudiantes aprenden a comprender mejor las opciones disponibles para ellos. Adquieren el conocimiento necesario para pensar críticamente, reflexionar sobre la influencia que la sociedad tiene sobre ellos y considerar cómo sus propias decisiones impactan sus vidas y su bienestar. Junto a este desarrollo cognitivo, son necesarias otras habilidades relacionadas y complementarias para apoyar su desarrollo y promover su máximo potencial.

Manejando las emociones

En este sentido, La escuela es un espacio privilegiado para el desarrollo explícito de habilidades sociales y emocionales. Aprender a aprender presupone conocerse mejor a uno mismo. Concentrarse requiere cultivar su atención. Como parte de una comunidad de aprendizaje (en su aula) y de una comunidad de experiencia (en su escuela), los estudiantes también deben aprender a gestionar sus emociones y estrés, así como a cultivar relaciones constructivas con sus compañeros, profesores y familiares. En un contexto global volátil y complejo, también deben estar preparados para prever el futuro, encontrar un propósito para lo que son y hacen hoy, para ser y ser mejores mañana.

Promover el bienestar en la escuela es un ingrediente clave para impulsar el bienestar individual y colectivo duradero.

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