Es un trabajo colectivo, sin duda. Nadie puede quitarle al joven presidente parte del crédito por este espectacular renacimiento. Pero no seamos ingenuos: mientras este verano participaba en la prestigiosa organización de los Juegos Olímpicos de París, Emmanuel Macron aprovecha esta oportunidad para intentar restaurar su imagen. Más impopular que nunca y blanco de pedidos de dimisión, está luchando por recuperarse del caos político provocado por su sorpresiva disolución de la Asamblea Nacional el día después de las elecciones europeas.
El gobierno de Michel Barnier podría (ya) caer esta semana durante el examen por parte de los diputados de su proyecto de presupuesto de la Seguridad Social. En cuestión, la RN de Marine Le Pen enumera su lista de reivindicaciones, traza sus líneas rojas y agita la moción de confianza. Al jugar esta carta, la extrema derecha minimiza peligrosamente los riesgos de lo que un cerrar Estilo americano. Sin embargo, las consecuencias de una profunda crisis presupuestaria serían considerables, ya que Francia ahora se endeuda en los mercados financieros al mismo ritmo que Grecia e incluso más que España o Portugal.
“Un proyecto de ley de la vergüenza”: La France Insoumise desencadena una tormenta política
Orgullosos constructores, los franceses no son, sin embargo, un pueblo de reformadores. Y eso es una pena. La irresponsabilidad de sus partidos políticos es en sí misma una tragedia nacional. Harían bien en aplicar urgentemente determinados proyectos socioeconómicos en lugar de centrarse en la personalidad de un presidente…
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