Una madre de Springfield, Massachusetts, quiere concienciar a los padres sobre los peligros de la bacteria E. coli, pocas semanas después de la muerte de su hija, víctima de la epidemia que afectó a varios restaurantes McDonald’s en Estados Unidos, informa el sitio Masslive.com.
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El 31 de octubre, la pequeña Angélica Vásquez, de 6 años, fue a comer a McDonald’s con su familia, justo antes de salir a recoger dulces de Halloween. A diferencia de sus hermanos, que comían nuggets de pollo, Angélica optó por una hamburguesa con queso.
Al día siguiente, la niña empezó a sentirse mal. Su madre, Samantha Ocasio, la sentó frente al televisor para que descansara y se aseguraba de que se mantuviera hidratada haciéndola beber Gatorade con regularidad.
El 2 de noviembre la pequeña Angélica empezó a vomitar en casa y su madre la llevó al baño, luego la bañó. Jugaron juntos con las burbujas, pero 45 minutos después, el estado de la niña empeoró y perdió el conocimiento justo después de decirle a su madre: “Te amo”.
Estas palabras finalmente fueron las últimas pronunciadas por la niña, que murió pocas horas después en el hospital.
De hecho, después de perder el conocimiento, Angélica fue transportada al Centro Médico Baystate; Cuando llegó, la joven sufría un paro cardíaco.
Después de no poder saber cómo estaba su hija, el personal finalmente le dijo que Angélica tendría que pasar unos días en el hospital. Entonces la familia fue a buscar ropa para la niña de seis años.
“Pensé que iba a pasar de tres a cinco días en el hospital y luego traería a mi bebé a casa”, testificó la madre.
Posteriormente, los médicos informaron a Samantha Ocasio que su hija había sufrido daño cerebral debido a la falta de oxígeno. Finalmente, 12 horas después de su hospitalización, Angélica murió.
En memoria de su hija, Samantha Ocasio quiere ayudar a otros padres advirtiéndoles sobre E. coli.
“¿Qué pasará si el próximo padre piensa que es sólo un problema intestinal? ¿Qué pasará si el próximo padre no reconoce los signos o síntomas? pregunta la madre.
Es posible atrapar E. coli a cualquier edad, pero los niños menores de cinco años y los adultos mayores de 65 años corren mayor riesgo debido a sus sistemas inmunológicos más débiles.
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