El Parlamento Europeo se prepara para aprobar el nuevo equipo de la Comisión Europea el miércoles en Estrasburgo. Este último quiere ponerse rápidamente en orden de batalla en un contexto de graves turbulencias económicas y geopolíticas.
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27 de noviembre de 2024 – 10:41 am
(Keystone-ATS) “Nuestra libertad y nuestra soberanía dependen más que nunca de nuestro poder económico”, afirmó su presidenta Ursula von der Leyen, pocas horas antes de la votación, quien prometió que su primera “gran iniciativa” se centraría en la competitividad.
Un poco más tarde insistió en la Defensa europea y en la necesidad de hacer más para competir con el gasto militar ruso, en plena guerra en Ucrania.
“Nuestros gastos deben aumentar”, insistió. “Rusia gasta hasta el 9% de su PIB en defensa. Europa gasta una media del 1,9%. Hay algo mal en esta ecuación”, insistió.
La sombra de Trump
El nuevo ejecutivo europeo deberá tomar posesión de su cargo a principios de diciembre, unos cincuenta días antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Y prevalece una sensación de urgencia.
Entre el regreso del multimillonario a Washington, las guerras en Ucrania y Oriente Medio y la batalla comercial con China, “el entorno ha cambiado radicalmente” respecto a 2019, subraya la sueca Ylva Johansson, que dejará su cargo de presidenta europea. Comisionado de Inmigración.
El nuevo ejecutivo de la UE se enfrenta a “más amenazas” Pero “la Comisión es mucho más operativa que hace cinco años”, asegura, destacando la respuesta europea durante la crisis del Covid-19 o la movilización ante la guerra en Ucrania.
Prepararse para el regreso de Trump es “el desafío más urgente” de este segundo mandato de Ursula von der Leyen, coincide Luigi Scazzieri, analista del Centro para la Reforma Europea. En “dos frentes”: el comercio con la promesa del presidente electo republicano de aumentar los derechos de aduana sobre los productos europeos y la “seguridad” con el riesgo de una retirada de Estados Unidos en Ucrania.
A pesar de estos desafíos, el Parlamento Europeo habrá tenido dificultades antes de aprobar la nueva Comisión.
en dolor
Los grupos se enfrentaron por la vicepresidencia concedida al italiano Raffaele Fitto (Cohesión Territorial), miembro del partido de extrema derecha Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni, mientras que la izquierda exigió el mantenimiento de un “cordón sanitario”.
Von der Leyen asumió esta vicepresidencia, lo que le permite mantener sus relaciones con Meloni. “Es una elección que tomé”, dijo a los eurodiputados.
Después de varios días de enfrentamiento, el PPE (derecha), los centristas de Renew y los socialdemócratas terminaron sellando dolorosamente un acuerdo para aprobar a todos los comisarios propuestos, el primero en veinte años.
Entre las caras nuevas, la ex primera ministra estonia Kaja Kallas se convierte en la nueva jefa de la diplomacia de la UE, el centrista francés Stéphane Séjourné obtiene una vicepresidencia con una amplia cartera en estrategia industrial y la socialista española Teresa Ribera será vicepresidenta para transición ecológica y competencia .
“Necesidad de estabilidad”
Esta nueva Comisión se inclina hacia la derecha con una quincena de carteras, de un total de 27, asignadas al PPE (derecha), la principal fuerza política en el Parlamento.
El líder del PPE, Manfred Weber, no ocultó su satisfacción. Se trata de una Comisión “muy equilibrada”, lanzó, mencionando una posible mayoría parlamentaria que abarca desde el ECR (extrema derecha), donde se sientan los eurodiputados italianos de Giorgia Meloni, hasta algunos Verdes.
De paso, el funcionario alemán volvió a restar importancia a las acusaciones de la izquierda sobre sus ambigüedades con la extrema derecha.
“Hay líneas rojas” y no es posible cooperar con quienes no son “pro Europa, pro Ucrania y pro Estado de derecho”, reafirmó, distinguiendo entre las tropas de Giorgia Meloni y los otros dos grupos de extrema derecha.
Al frente de los socialdemócratas, la española Iratxe García-Pérez destacó la “necesidad de estabilidad” en Europa para explicar su apoyo al nuevo equipo.
Pero la concesión de la vicepresidencia a Raffaele Fitto sigue dividiendo al grupo y se esperan deserciones durante la votación de los eurodiputados.
“Estamos cruzando una línea roja y nunca volveremos en la dirección opuesta, por lo que no será con nosotros”, chilló el francés Raphaël Glucksmann. “Deberíamos tener una comisión de combate, capaz de defender el interés general europeo, y no creo que Fratelli d’Italia esté en esa línea. »
Misma divergencia entre los ambientalistas. “La designación de un vicepresidente de extrema derecha crea un precedente trágico que abre el camino a lo peor”, denunció la francesa Marie Toussaint. “Europa retrocede cada vez que avanza la extrema derecha. »
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