lEl Tribunal de Cuentas Europeo publica un informe condenatorio sobre el etiquetado de alimentos en la Unión Europea (UE). Una investigación que revela un sistema defectuoso en el que el consumidor, supuestamente protegido, se encuentra sumergido en un océano de información contradictoria… Un auténtico laberinto normativo que tiene su origen en el nivel más alto de la Unión.
La Comisión, que debe organizar la armonización de las normas resultantes del Reglamento ICDA (Información al Consumidor sobre Productos Alimenticios), ha ido acumulando retrasos desde su entrada en vigor en 2014. De las once actualizaciones reglamentarias previstas, solo cuatro se han aplicado finalmente. . Un abandono que permite que florezcan zonas grises.
La investigación realizada por los auditores del Tribunal de Cuentas de la UE se llevó a cabo en tres países: Bélgica, Italia y Lituania. Revela un sistema plagado de inconsistencias. Primer escándalo: más de 2.000 declaraciones de propiedades saludables sobre productos botánicos en espera de validación científica desde… 2010.
LEA TAMBIÉN La brecha sigue ampliándose entre los actores del sistema de salud y quienes dicen gestionarloPor ejemplo, el hecho de que “el extracto de ginseng ayuda a mejorar el rendimiento físico” o que “contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunológico”. Estos son dos ejemplos del informe. En definitiva, el sistema no está suficientemente controlado y permite a los fabricantes multiplicar las promesas sanitarias sin ninguna base científica real.
El bazar del logo nutricional
La guerra de los logos nutricionales ilustra perfectamente esta cacofonía europea. Por un lado, el Nutri-Score, adoptado por Francia y Bélgica, por el otro, el NutrInform Battery italiano o el Keyhole lituano. “Una fragmentación del mercado que puede confundir a los consumidores”, señala con seriedad el Tribunal.
Según datos antiguos de un estudio de la Comisión (2013), un tercio de los consumidores encontraba estas etiquetas confusas y otro tercio las consideraba engañosas. Sería interesante actualizar esta encuesta a consumidores. La autoridad belga de seguridad alimentaria (Afsca) llevó a cabo una amplia investigación en junio de 2024 que reveló que el 53% de las etiquetas no eran conformes en las 1.240 empresas inspeccionadas. En dos de cada diez casos, el incumplimiento presenta un riesgo para la salud del consumidor.
LEA TAMBIÉN ¿Deberíamos (realmente) confiar en el Nutri-Score? El comercio online tiene todos los atributos del Salvaje Oeste total. Los auditores del Tribunal de Cuentas han identificado que el 80% de los productos alimenticios vendidos en Internet hacen declaraciones medioambientales sin control real. En Lituania, la tasa de infracciones en el comercio electrónico alcanza el 61,6%. Una situación que es aún más alarmante cuando las autoridades nacionales luchan por sancionar los sitios alojados fuera de la UE.
Multas ridículas
El nivel de las multas es ridículo. En Bélgica, la multa media alcanza un máximo de 651 euros en la distribución. En Lituania las multas oscilan entre 16 y 600 euros. A Italia no le va mucho mejor: el importe medio de las multas impuestas por una de las autoridades competentes entre 2020 y 2022 asciende a 1.717 euros, cuando la normativa prevé un límite máximo de 40.000 euros para la venta de productos caducados.
Los perfiles de nutrientes, que supuestamente prohíben las declaraciones de propiedades saludables en productos demasiado grasos o demasiado dulces, han estado en el limbo desde 2009. El reglamento ICDA planeaba establecer umbrales (límites) para nutrientes como el azúcar, la sal o la grasa, al menos -más allá de los cuales un producto ya no podía mostrar declaraciones nutricionales o de salud. Sin embargo, se abusa del sistema. Un producto rico en azúcar, por ejemplo, contará con la leyenda “rico en vitamina C”. Un producto muy graso presumirá de ser “rico en fibra”. De hecho, se está engañando al consumidor.
Los Estados miembros se resisten
La Comisión avanzó poco en este expediente entre 2009 y 2020, citando la dificultad para obtener la aceptación de los Estados miembros. Si la estrategia alimentaria “de la granja a la mesa” volvió a poner este tema en la agenda en 2020 con el objetivo de implementarlo para finales de 2022, en septiembre de 2024 todavía no se había hecho. El Tribunal de Cuentas informa de que, según la Comisión, la naturaleza compleja del tema dificulta la elaboración de una propuesta legislativa en un futuro próximo. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un primer modelo de perfil nutricional en 2015 (actualizado en 2023), destacando la particular importancia de estos perfiles para los alimentos destinados a los niños.
Los medios de comunicación para informar al consumidor son irrisorios. ¿Qué peso tienen los 5,5 millones de euros destinados en cuatro años a nivel europeo a sensibilizar a la opinión pública sobre el etiquetado? Una miseria en comparación con los presupuestos de marketing de los gigantes agroalimentarios.
¿Qué pasaría si la IA ayudara con los controles?
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Respuesta
El Tribunal de Cuentas Europeo hace cinco recomendaciones urgentes: llenar los vacíos legales, fortalecer drásticamente los controles (particularmente en línea), finalmente armonizar el etiquetado nutricional, mejorar la comprensión de los consumidores y simplificar los informes de control. “Hoy en día, los consumidores europeos no pueden tomar decisiones verdaderamente informadas”, concluye con dureza el Tribunal. Una situación tanto más preocupante cuanto que las cuestiones de salud pública y medioambiental nunca han sido tan cruciales.
La situación no es tan desesperada. Italia demuestra que es posible actuar con eficacia: el país ha desarrollado un sofisticado sistema de control del comercio electrónico, utilizando inteligencia artificial y colaborando con las principales plataformas (eBay, Alibaba, Amazon, Rakuten, Allegro) para rastrear el fraude. IA al servicio del etiquetado de los alimentos, no podemos detener el progreso.
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