Treinta y seis días de infierno. Esto es lo que vivió la pequeña Isabella Jonas-Wheildon, quien falleció a manos de la pareja de su madre el pasado mes de junio en Norfolk (este de Inglaterra). La niña de 2 años fue encontrada el 30 de junio de 2023 en un baño cerrado con llave, debajo de una pila de mantas. Su cuerpo presentaba “contusiones y fracturas de pies a cabeza”. Su madre, Chelsea Gleason-Mitchell, y su novio, Scott Jeff, fueron arrestados al día siguiente. Los dos jóvenes de 24 años habían pasado la noche bebiendo en un pub de Bury St Edmunds.
La pareja salió en 2019 antes de separarse, explica la BBC. Luego, Chelsea conoció al futuro padre de Isabella, pero la relación no duró. Luego de su separación, la joven se reencontró con Scott el 23 de mayo de 2023. Fue el comienzo del calvario de la pequeña. Los dos tortolitos intentaron conseguir una vivienda social, afirmando falsamente que huían del padre de Isabelle, al que acusaron de violencia. La pareja, consumidores de drogas, se alojó en un hotel, en una tienda de campaña y luego en una caravana.
Durante este período, Isabella se vio a menudo abandonada a su suerte y obligada a repetir frases ya preparadas, acusando a su padre de haberla lastimado. La pareja finalmente consiguió un apartamento en Ipswich el 19 de junio, once días antes de que se descubriera el cuerpo de Isabella. Desde el momento en que conoció a la niña, Scott continuó maltratándola. Chelsea hizo la vista gorda ante las acciones de su novio, incluso después de la muerte de su hijo. Para encubrir su crimen, la pareja llegó incluso a llevar el cadáver de Isabella en su cochecito durante tres días, recorriendo pubs y comprando.
Finalmente fue un amigo de Chelsea, en quien ella había confiado, quien denunció a los dos jóvenes a la policía. Durante un juicio que duró siete semanas, los dos acusados se acusaron mutuamente. Chelsea dijo que vio a Scott “pateando y pisoteando” a su hija en varias ocasiones. Según ella, el difícil aprendizaje de Isabella para ir al baño está en el origen de esta oleada de violencia.
El jurado declaró al individuo culpable de asesinato, cargo del que Chelsea fue absuelta. “Ella estaba consciente de lo que le estaba pasando a su hijo, pero permaneció en silencio y no hizo nada”, dijo Sasha Wass KC, la abogada de la joven. Sin embargo, destacó el hecho de que antes de su reencuentro con Scott, Chelsea era una madre atenta: “Los registros médicos de Isabella indicaban que estaba muy bien atendida médicamente. Isabella estaba vacunada y nadie había expresado ninguna preocupación por ella”.
El británico fue declarado culpable de un “delito de homicidio” por “causar o permitir la muerte de un niño” y de “delitos de crueldad”. Las sentencias se pronunciarán el 13 de diciembre.
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