Ya muy útil en el ámbito de la remoción de minas, la rata gigante africana continúa ampliando su campo de acción. Además de las minas antipersonal y determinadas enfermedades, ahora se ha demostrado que este gran roedor también es formidable en la lucha contra el tráfico ilegal de especies.
¡No es muy grande, pero es valiente! Puede que el escarabajo de la sabana sea una rata, pero resulta que se ha convertido en un compañero muy útil para los humanos.
Gracias a la ONG Apopo, este roedor de entre 35 y 45 centímetros de largo se convirtió en los años 90 en un experto en la remoción de minas. Sus ventajas: un agudo olfato y su peso ligero (entre 1,5 y 2 kilos), que le permite evitar detonar minas antipersonal al pasar sobre ellas.
Actualmente, la organización belga sigue activa en una decena de países, entre ellos Mozambique, Camboya y Ucrania. Ya ha destruido más de 160.000 minas y otros explosivos y ha devuelto a las poblaciones casi 120 kilómetros cuadrados de tierra, lo que supone más que la superficie de París.
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Detección de enfermedades y tráfico de efectivo
Pero la historia de esta gran rata no termina ahí. En 2008, explica el periódico TiempoApopo demostró que sus ratas también podían detectar la tuberculosis, una de las principales causas de mortalidad en varios países africanos.
Los resultados son sorprendentes: se olfatearon casi un millón de muestras, un tercio de las cuales procedían de pacientes examinados.
Ahora, un estudio publicado en la revista “Frontiers in Conservation Science” también destaca la eficacia del roedor para detectar el tráfico de especies animales o vegetales protegidas.
Los estudiantes tocan el timbre.
En total, ocho ratas fueron entrenadas para detectar cuatro tipos de muestras: escamas de pangolín, madera de ébano, cuerno de rinoceronte y marfil de elefante, otros detalles de la vida cotidiana. Los resultados son alentadores. En el puerto tanzano de Dar es Salaam, los futuros expertos en rastreo encontraron el 85% de muestras ocultas, con sólo entre el 1 y el 3% de falsas alarmas.
Otra ventaja de la bestia: su esperanza de vida: ocho años de media, de los cuales cinco a siete en servicio activo. Por último, una vez retiradas, las ratas tienen derecho a un descanso dorado, abundante en frutas y verduras, promete Isabelle Szott, que entrena y estudia a estos animales para Apopo.
Asunto de radio: Didier Pradervand
Web de adaptación: Doreen Enssle
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