La policía haitiana anunció el martes que había matado, con el apoyo de residentes de Puerto Príncipe, a 28 miembros de bandas armadas, después de que estos últimos lanzaran una ofensiva en la capital de este país caribeño en medio del caos.
En un signo de altísima inseguridad, Médicos Sin Fronteras (MSF) suspenderá su trabajo en Puerto Príncipe a partir del miércoles y acusará a la policía de “violencia y amenazas” desde hace más de una semana.
Durante la noche del lunes al martes, la policía interceptó un camión y un minibús que transportaban a miembros de bandas armadas en Pétion-Ville, una ciudad rica en las afueras de Puerto Príncipe y en el centro de la capital, explicó a la AFP la El portavoz adjunto de la policía nacional, Lionel Lazarre.
A continuación, la policía abrió fuego contra estos pandilleros, matando a diez de ellos, según la misma fuente. Otros fueron perseguidos y asesinados por residentes organizados en grupos de autodefensa y por la policía.
Según un fotógrafo de la AFP, posteriormente fueron quemados en una calle de Pétion-Ville cadáveres de personas calificadas de miembros de estas bandas criminales.
Según la policía, el número de muertos asciende a 28.
Los residentes dijeron a la AFPTV, bajo condición de anonimato, que “las bandas llegaron en camiones, armadas con grandes calibres, picos y grandes martillos, para provocar disturbios y sembrar el terror en Pétion-Ville”.
Pero, aseguró uno de ellos, “mataremos a cualquiera que intente atacar Pétion-Ville (porque) estamos decididos a preservar la seguridad de nuestra ciudad”.
– Estallido de violencia –
Desde la semana pasada, Puerto Príncipe se ve sacudido por un nuevo brote de violencia alimentado por “Viv Ansanm” (Vivir juntos), una alianza de pandillas formada en febrero y que logró derrocar al entonces primer ministro, Ariel Henry.
Esta coalición lanzó un ataque contra Pétion-Ville y los distritos de Bourdon y Canapé Vert, tras un llamamiento en las redes sociales de uno de sus líderes, Jimmy Chérisier, alias “Barbecue”.
Este último “exigió la dimisión del Consejo Presidencial de Transición” (CPT), jefe del ejecutivo.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, está preocupado por “la escalada de violencia en Haití”, según su portavoz, e insta a “progresos urgentes en la transición política”.
Esta inseguridad llevó a MSF a “suspender sus actividades en Puerto Príncipe” a partir del miércoles y “hasta nuevo aviso”. La ONG recuerda en un comunicado que denunció incidentes el 13 de noviembre, dos días antes, cuando una de sus ambulancias “fue atacada, lo que provocó la ejecución de al menos dos pacientes y un ataque al personal médico”.
“La semana siguiente, agentes de policía detuvieron repetidamente los vehículos de MSF y amenazaron directamente al personal, incluidas amenazas de muerte y violación”, denuncia.
– Crisis política –
Esta violencia se produce en plena crisis política con la destitución el 10 de noviembre por parte del CPT del primer ministro, Garry Conille, que fue sustituido el día 11 por el empresario Alix Didier Fils-Aimé.
Prometió restablecer la seguridad y organizar las primeras elecciones desde 2016.
Haití, el país más pobre de América, sufre desde hace tiempo la violencia de bandas criminales, acusadas de asesinatos, violaciones, saqueos y secuestros para pedir rescate.
La semana pasada, los disparos contra tres aviones de una aerolínea estadounidense llevaron al regulador federal de aviación civil a prohibir los vuelos comerciales entre Estados Unidos y Haití.
El aeropuerto de Puerto Príncipe ha estado cerrado desde entonces.
A la violencia se suma una situación humanitaria catastrófica que la semana pasada obligó a más de 20.000 personas a desplazarse, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), algo inédito en “tal escala (…) desde agosto de 2023”.
Sin embargo, hay una misión policial multinacional de apoyo en Haití. Apoyado por la ONU y Estados Unidos, está dirigido por Kenia, que desplegó allí poco más de 400 hombres este verano.
La representación local de Naciones Unidas contabilizó 1.233 asesinatos entre julio y septiembre, el 45% de los cuales fueron atribuibles a fuerzas del orden y el 47% a pandillas, en un país de 12 millones de habitantes.
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