Este hombre “con perfil de drogadicto” según una fuente cercana al caso, y que según una fuente policial ya había “cometido actos similares” en su domicilio en 2022 “con amenaza” de suicidio”, retiene “tres o cuatro” en los empleados del restaurante” pero ni “clientela ni público”. Se encerró en la pizzería situada a pocos metros de la circunvalación de París, al suroeste de la capital, indica también esta fuente.
Se desplegó en el lugar personal de la BRI (Brigada de Investigación e Intervención, unidad de élite de la policía parisina), incluido un mediador, “contratado debido al deseo del interesado de suicidarse”, precisa la fuente policial. El papel de los mediadores es entablar negociaciones con los locos. El hombre, de entre 35 y 40 años, según una fuente cercana al caso, tampoco es conocido por los tribunales.
“Lo veo todas las noches de pasada, no se encuentra bien. Creo que tiene un problema de drogas”, dice Anthony, un estudiante de 23 años, que prefiere no dar su apellido. “Vi llegar antes a la policía, es impresionante… Ya estuve en el restaurante, no hubo ningún problema”, añade Monique Teichet, jubilada y vecina del barrio. Según los periodistas presentes en el lugar, la pizzería con su escaparate rojo brillante ha bajado el telón de acero. Varios restaurantes cercanos también están cerrados.
La policía ha colocado cintas rojas y blancas para bloquear el acceso a un gran perímetro y pide a los numerosos curiosos residentes de los edificios vecinos que se alejen de sus ventanas. En la calle se puede ver una gran cantidad de agentes de policía, algunos con casco y armas, así como numerosos coches de policía y camiones de bomberos. Una veintena de agentes, con brazaletes naranjas en sus clavitos, se encuentran delante del restaurante.
“La intervención está en marcha, dejar trabajar a las fuerzas de seguridad y de emergencia”, escribió la jefatura de policía el “.
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