Villepin, Raffarin y Jospin entre los que más gastan
Los detalles de los gastos, que no se hicieron públicos antes de 2022, revelan sumas importantes que probablemente molestarán a algunos contribuyentes. Dominique de Villepin, ex Primer Ministro y ahora al frente de su empresa Villepin International (que factura anualmente más de 4,5 millones de euros), encabeza la lista con 197.540 euros en gastos, de los cuales 6.287 euros sólo para gasolina y 191.252 euros destinados a personal. Seguido de Jean-Pierre Raffarin, con una cantidad de 167.467 euros, y Lionel Jospin, a quien el Estado asignó nada menos que 162.012 euros. Las únicas excepciones notables son los antiguos primeros ministros que actualmente desempeñan un mandato o una función pública, como Édouard Philippe, alcalde de Le Havre, y Laurent Fabius, presidente del Consejo Constitucional, debido a la no acumulación de ventajas. En cuanto a Jean Castex, ahora director general de la RATP, sólo generó unos costes de 3.607 euros, muy por debajo de los gastos de sus pares. Elisabeth Borne y Gabriel Attal están ausentes de la lista. Y con razón, el primero todavía estaba en Matignon en 2023 y el segundo aún no estaba en el cargo. El año que viene, los gastos de Gabriel Attal se deducirán a su vez, porque aunque sólo haya sido Primer Ministro durante siete breves meses, la duración de su mandato no se tiene en cuenta formalmente para la asignación de estos beneficios.
Entre los otros ex primeros ministros que también se benefician de fondos públicos se encuentra François Fillon. El Estado financió sus gastos con 126.000 euros el año pasado. Irónicamente, anunció el 12 de noviembre que iba a pagar cerca de 700.000 euros en concepto de daños y perjuicios a la Asamblea Nacional, como le ordenaron tras la sentencia del Tribunal de Casación que declaró firme su culpabilidad en el asunto de los empleos ficticios de sus esposa Penélope…
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“Las expectativas de transparencia y sobriedad de nuestros conciudadanos”
Estos ex líderes gubernamentales, sin embargo, no están completamente ajenos a los asuntos públicos. Algunos continúan representando al país en el exterior en misiones diplomáticas ocasionales, justificando, según ellos, el mantenimiento de estos privilegios. Pero en un período en el que reducir el gasto público se presenta como una prioridad, el costo de estos beneficios plantea interrogantes. Édouard Philippe ya había intentado responder a estas críticas en 2019, a petición de Emmanuel Macron, limitando los privilegios a diez años tras el final de su mandato –y ya no de por vida– y fijando un límite de edad de 67 años. “Es necesario revisar estos sistemas para que estén en línea con las expectativas de transparencia y sobriedad de nuestros conciudadanos.“, explicó entonces. Sin embargo, esta reforma sólo afecta a los primeros ministros que dejaron el cargo después de 2019, dejando a la mayoría de ellos fuera del alcance de estas nuevas reglas. Él mismo, habiendo dejado Matignon en 2020, se verá afectado por su propia reforma.
Los ex jefes de Estado, aunque menos expuestos a las críticas, también son beneficiarios de importantes privilegios vitalicios. Aunque abandonaron el Elíseo hace doce y siete años, Nicolas Sarkozy y François Hollande costarán cada uno más de 500.000 euros en 2023, entre oficinas, equipamiento, salarios de los empleados, gastos de recepción y viaje, vehículos y conductores. Estos importes, aunque significativos, disminuyeron un 12% en comparación con el año anterior. ¿Las famosas expectativas de sobriedad de los franceses llegarían ahora hasta lo más alto?
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