Un arancel estadounidense del 60% podría reducir el crecimiento del PIB chino en 1,5 puntos porcentuales en los primeros 12 meses.
El panorama económico interno de China ha cambiado significativamente desde la primera guerra comercial entre Estados Unidos y China en 2018. El expresidente Donald Trump propuso aranceles del 60% para el país si ganaba. La economía de China se está desacelerando debido a una combinación de creciente proteccionismo comercial global, presiones económicas internas y tendencias deflacionarias persistentes. A pesar de las recientes medidas de estímulo del Banco Popular de China (PBoC), creemos que China es mucho más vulnerable a los aranceles elevados que hace seis años. Aquí, veremos algunos de los factores clave que dan forma a su economía y el impacto potencial de aranceles adicionales.
Tensiones comerciales y riesgos para el sector exportador
Primero, veamos el contexto histórico de la guerra comercial de 2018. Desde principios de 2018 hasta 2020, la administración Trump aumentó drásticamente los aranceles estadounidenses sobre productos chinos del 3% al 21% (Fuente: https://www.piie.com/research). /piie-charts/2019/us-china-trade-war-tariffs-date-chart). En ese momento, un fuerte consumo interno, un mercado inmobiliario robusto, finanzas locales sanas y la ausencia de presiones deflacionarias persistentes permitieron a China capear las primeras tensiones comerciales con repercusiones económicas menos graves de lo que muchos habían previsto.
La prolongada crisis del mercado inmobiliario de China es quizás el mayor cambio en la economía desde 2018.
Hoy, el panorama económico en China es marcadamente diferente. El sector exportador es ahora el único punto positivo de la economía china, e incluso eso está en peligro. Los recientes aumentos arancelarios de Estados Unidos y la UE y la amenaza de nuevos aumentos nublan el futuro. Muchas empresas han comenzado a trasladar su producción fuera de China para evitar los aranceles, y algunas empresas chinas han invertido en el extranjero para asegurar sus cadenas de suministro y diversificar su producción. Incluso si la amenaza arancelaria disminuye, en nuestra opinión, algún daño económico parece inevitable.
La crisis del mercado inmobiliario
La prolongada crisis en el mercado inmobiliario de China, que comenzó con el impago del promotor inmobiliario Evergrande en julio de 2021, es quizás el mayor cambio en la economía desde 2018. Esta crisis representa el primer período prolongado de caída significativa de los precios desde que China estableció su mercado inmobiliario privado a finales de la década de 1990. Con un flujo de caja y ganancias marcadamente reducidos para los promotores inmobiliarios, las empresas están reduciendo agresivamente la construcción para reducir costos. Las nuevas construcciones de viviendas iniciadas representan solo un tercio de las de 2019 (Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas). Dado que los bienes raíces representan alrededor del 60% de los activos de los hogares urbanos, la caída del mercado inmobiliario de China ha llevado a una erosión significativa de la riqueza de los hogares, con implicaciones importantes para la confianza y el gasto de los consumidores.
Desafíos del consumidor y del mercado laboral
La debilidad del mercado inmobiliario ha afectado a la economía china, contribuyendo a los desafíos en el consumo y el mercado laboral. A diferencia de 2018, cuando la confianza del consumidor era alta, China ahora enfrenta condiciones débiles en el mercado laboral y un lento crecimiento de los ingresos de los hogares. La Encuesta trimestral de depositantes urbanos del PBoC muestra que las expectativas de empleo han alcanzado mínimos históricos (Fuente: PBoC, Encuesta trimestral de depositantes urbanos, agosto de 2024). El crecimiento de las ventas minoristas, que se ha mantenido por debajo del 4% durante siete meses consecutivos, refleja la falta de confianza de los consumidores (Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas). La estimulación política directa del consumo de los hogares sigue siendo limitada, y obstáculos ideológicos parecen impedir transferencias masivas a los hogares financiadas con deuda.
Las finanzas de los gobiernos locales y la confianza empresarial
Las finanzas de los gobiernos locales, que estaban relativamente sanas en 2018, ahora se encuentran bajo una fuerte presión. La disminución de los ingresos por la venta de tierras, que cayeron un 56% desde su punto máximo (Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas), llevó a esfuerzos agresivos para recaudar impuestos atrasados. Estas medidas, junto con un aumento de los ingresos no tributarios, como multas y confiscaciones, están socavando la confianza empresarial en un momento en que la economía no se lo puede permitir.
Presiones deflacionarias
Quizás lo más preocupante sea el surgimiento de presiones deflacionarias persistentes, que no estaban presentes en 2018. China ha experimentado seis trimestres consecutivos de deflación negativa del PIB (Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas). Creemos que los precios internos al productor podrían potencialmente seguir en contracción hasta 2025 y la inflación subyacente del IPC podría permanecer por debajo del 1%. Este entorno deflacionario dificulta que las empresas y los consumidores paguen las deudas existentes y reduce la eficacia de las herramientas tradicionales de política monetaria.
Flexibilización de políticas: un avance bienvenido
En septiembre, China implementó un conjunto integral de medidas de política monetaria para abordar estos desafíos económicos. En nuestra opinión, el elemento más importante de este programa es la revisión de las tasas hipotecarias existentes, que podría ahorrar a los hogares alrededor de 150 mil millones de RMB en costos de intereses anuales. Dados los bajos niveles de confianza entre los hogares y las empresas chinas, la sostenibilidad de este apoyo dependerá de la capacidad de las autoridades para revertir la tendencia de desaceleración del crecimiento nominal. Sin embargo, el programa carece de una política fiscal significativa, que creemos que es esencial para tener un impacto duradero en la confianza y el crecimiento.
Los aranceles agregarían una presión significativa a la economía
Si bien consideramos que esta reciente flexibilización de la política es positiva para las perspectivas de crecimiento de China, creemos que el impacto potencial de los nuevos aranceles en el entorno económico actual podría ser grave. Estimamos que un arancel del 60% podría reducir el crecimiento del PIB de China en 1,5 puntos porcentuales en los primeros 12 meses. Aproximadamente la mitad de este impacto probablemente provendría de menores exportaciones, y el resto de efectos indirectos sobre el consumo interno y la inversión. En nuestra opinión, el impacto continuo de un menor empleo y un menor gasto de capital ejercería más presión sobre la economía nacional. Un shock de este tipo probablemente podría intensificar las presiones deflacionarias, debilitar aún más el ya frágil mercado laboral y potencialmente acelerar la reubicación de la producción fuera de China.
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