“No me juzguen por el estilo, sino por los resultados”: el francés Stéphane Séjourné se esforzó el martes por convencer a los eurodiputados de que estaba preparado para la amplia cartera de estrategia industrial que heredó en Bruselas.
A lo largo de la jornada, el Parlamento Europeo escuchó a los seis potenciales vicepresidentes de la nueva Comisión Europea, hasta 2029.
Los eurodiputados podrán entonces respaldarlos o impugnarlos durante una votación que los grupos políticos han decidido posponer más tarde, quizás este miércoles, en un contexto de negociaciones sobre el corredor.
La cartera de Stéphane Séjourné es crucial en un momento en que la Unión Europea se encuentra en medio de un enfrentamiento comercial con China y la elección de Donald Trump en Estados Unidos hace temer una explosión de los derechos de aduana para acceder al mercado estadounidense.
“Europa debe acelerar o se estancará”, subrayó el partidario del presidente Macron, abogando por una “puesta al día económica” tras el reciente informe de Mario Draghi.
Considerado demasiado discreto en sus anteriores funciones como Ministro de Asuntos Exteriores, el centrista de 39 años desestimó las críticas a su “estilo” y la comparación con el anterior comisario francés Thierry Breton, acostumbrado a declaraciones estruendosas.
Stéphane Séjourné fue elegido en el último momento, a mediados de septiembre, por el presidente francés Emmanuel Macron en lugar de Breton, cuyas relaciones eran execrables con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
“Quiero que al final me juzguen por el estado de la industria” dentro de cinco años, pidió, prometiendo una serie de medidas, incluido un plan para “acelerar la demanda” de vehículos eléctricos.
– Ribera atacada por las inundaciones –
Por la mañana, la nueva jefa de la diplomacia europea y ex primera ministra estonia, Kaja Kallas, y el italiano Raffaele Fitto, responsable de cohesión territorial, fueron los primeros en ser entrevistados, que duraron más de tres horas.
La señora Kallas pidió apoyar a Ucrania “durante el tiempo que sea necesario y con tanta ayuda militar, financiera y humanitaria como sea necesario”.
El diplomático de 47 años pidió a los europeos “mantenerse unidos”, mientras “el mundo está en llamas”.
Por su parte, Raffaele Fitto insistió en que “no estaba allí para representar a un partido político o a un Estado miembro”, sino para “afirmar su compromiso con Europa”. “Mi primer partido político fue la Democracia Cristiana”, enfatizó también.
Porque la izquierda y el centro no pueden digerir que Fitto haya obtenido el título de vicepresidente de la Comisión a pesar de pertenecer a Fratelli d’Italia, el partido de extrema derecha de la jefa del gobierno italiano, Giorgia Meloni.
Esta vicepresidencia suscita “muchas discusiones”, advierte el centrista italiano Sandro Gozi (Renew). “El resultado final sigue abierto e incierto”.
Los grupos políticos se muestran, sin embargo, cautelosos porque derrocar a un rival los expone a represalias por parte de los comisarios de su bando.
Por la noche, la socialista española Teresa Ribera se encontró en el punto de mira de la derecha y la extrema derecha. Esta ministra heredó de Pedro Sánchez una importante cartera sobre transición ecológica y competencia.
Pero su audiencia se vio afectada por las noticias nacionales. La oposición española ha dado un paso al frente contra la gestión de las mortíferas inundaciones que han sacudido el país.
La ministra aseguró que hablará en el Parlamento español la próxima semana e insistió a nivel europeo en su “compromiso” de reforzar la “capacidad de anticipación y prevención” ante fenómenos climáticos extremos.
Cuando se le preguntó también sobre su oposición a la energía nuclear, respondió con cautela que la elección de la combinación energética entraba dentro de las “competencias de los Estados miembros”.
El socialista francés Christophe Clergeau esperaba que fuera “atacado”. Pero, advierte, “si el PPE (la derecha) dispara a Ribera, dispararemos a todo el colegio” el 27 de noviembre, fecha de la votación mundial sobre el nuevo equipo ejecutivo que podría tomar posesión de su cargo a principios de diciembre.
La semana pasada, diecinueve primeros comisarios ya recibieron el visto bueno de los diputados. Sólo el húngaro Oliver Varhelyi (salud y bienestar animal) aún esperaba que se decidiera su destino.
La audiencia de este amigo íntimo del primer ministro húngaro, Viktor Orban, el miércoles pasado generó críticas por su reticencia a responder preguntas sobre el acceso de las mujeres al aborto o sobre los derechos LGBT+.
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