Con gritos de “asesinos”, decenas de miles de personas manifestaron el sábado en Valencia su enfado contra la clase política por su gestión de las inundaciones que dejaron al menos 220 muertos en el sureste de España la semana pasada.
Según la delegación del Gobierno en Valencia, la manifestación reunió a “130.000 personas.
Los manifestantes se reunieron al final de la jornada en la gran plaza frente al ayuntamiento de Valencia para recorrer el kilómetro que lo separa de la sede del Gobierno regional.
Al final de la manifestación se produjeron enfrentamientos con la policía y los manifestantes apedrearon a los agentes. Una treintena de agentes de policía resultaron heridos y tres personas fueron detenidas.
También se llevaron a cabo manifestaciones en varias otras ciudades españolas, como Madrid y Alicante.
El presidente de la Comunidad Valenciana Carlos Mazón concentra gran parte del enfado de las víctimas. Fue atacado el domingo en Paiporta, al igual que el jefe del Gobierno y los soberanos, con insultos y lanzamientos de barro: imágenes sin precedentes que ilustran la exasperación en las zonas devastadas.
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Pero el presidente del Gobierno socialista, Pedro Sánchez, tampoco se ha librado de las críticas. Los dos hombres están acusados de haber subestimado los riesgos y de haber coordinado mal los esfuerzos de ayuda tras las inundaciones del 29 de octubre.
Alerta no transmitida o apenas transmitida
El dirigente del Partido Popular (PP, derecha), Carlos Mazón, es acusado de haber tardado en reaccionar a pesar de que la Agencia Española de Meteorología (Aemet) había emitido una alerta roja la mañana del 29 de octubre.
Este abogado de 50 años también está acusado de estar ausente durante varias horas cuando ya empezaba a llover y se había reunido el comité de emergencia. Carlos Mazón se defendió asegurando que estaba participando en “un almuerzo de trabajo” en un restaurante de Valencia, con un periodista, según medios españoles.
Entre las acusaciones de las víctimas también está el hecho de que toda la población sólo fue alertada a través de sus teléfonos móviles por la noche, cuando muchas zonas ya estaban sumergidas. La principal responsable de emergencias de la región, Salomé Pradas, admitió el jueves que desconocía la existencia de este sistema de alerta, antes de retractarse de su afirmación.
Mala coordinación con el gobierno central
En España, un país muy descentralizado, la gestión de catástrofes es efectivamente responsabilidad de las administraciones regionales, pero el gobierno central, responsable de emitir alertas a través de Aemet, puede proporcionar recursos e incluso tomar el control en casos extremos.
Precisamente este último punto motiva las críticas de la oposición de derecha, que acusa al jefe del Gobierno socialista de haber permitido que la región se hundiera mediante cálculos políticos en lugar de recuperar el control. Pedro Sánchez actuó “de mala fe”, criticó Miguel Tellado, portavoz del PP en el Parlamento.
Responsabilidades a establecer
Fuentes cercanas al gobierno aseguran por su parte que quieren definir a su debido tiempo las posibles responsabilidades de cada persona y los posibles fallos en la gestión del desastre, al tiempo que afirman que el gobierno ha hecho todo lo posible dentro del marco institucional actual. .
Pero para el alcalde socialista de Alaquàs, Toni Saura, “la coordinación entre las administraciones fue caótica”, según comenta el diario valenciano Levante.
“Solo el pueblo salva el pueblo”: en Valencia, este lema se hizo popular en las conversaciones tras la espontánea ola de solidaridad que se organizó para compensar los errores de las autoridades.
taxi con afp
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