Desde su reelección el 5 de noviembre, el presidente electo Donald Trump ha visto reforzada la presencia policial en los alrededores de su residencia de Mar-a-Lago en Florida, incluida la patrulla de un perro robot.
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Esta configuración de seguridad es digna de una escena de la popular serie de Netflix Espejo negro.
Mientras una patrulla acuática armada del Servicio Secreto monitorea las aguas, las imágenes capturadas el jueves muestran a un perro robot deambulando por los terrenos de Trump.
Este robot de última generación está equipado con pequeñas ametralladoras en su espalda, sistemas de geolocalización, detectores de escaneo y diversos sensores.
Este verano, el Servicio Secreto reveló que había desarrollado este robot ultramoderno controlado por una tercera persona, a modo de dron.
En otras palabras, hay poco riesgo de que el perro ataque al presidente electo porque tiene hambre o se ha levantado con la pata equivocada.
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