Entre patadas, insultos e intentos de asalto al vehículo policial, esta velada de borrachera sin duda quedará grabada en su memoria, al igual que en la de los agentes.
Beber o conducir, claramente tomó su decisión.
Todo empieza sobre las dos de la madrugada. Se produjo una pelea en una calle de Saint-Étienne y un equipo de la policía municipal acudió al lugar para calmar la situación.
Hasta ahora, nada demasiado inusual para un fin de semana festivo. Pero mientras la policía se prepara para intervenir, llega otra patrulla como refuerzo, llamando involuntariamente la atención de un joven claramente bajo los efectos del alcohol.
leer
¡El BAC, partera nocturna! Nacimiento exprés en plena calle.
El Stéphanois, vacilante pero visiblemente motivado, se acerca al vehículo policial y comienza, sin motivo aparente, a desahogar su ira contra el pobre coche estacionado. Patadas furiosas, insultos e incluso un intento de abrir la puerta, nuestro joven fiestero decidió que este coche de policía sería su víctima por la noche.
Probar un alcoholímetro, misión imposible
Ante esta escena surrealista, la policía no tiene más remedio que detener al joven. Este último, en avanzado estado de ebriedad, no puede mantenerse en pie y no parece comprender la situación.
Intentan hacerle una prueba de alcoholemia, pero incluso esa tarea resulta ser un desafío. Incapaz de soplar correctamente en el alcoholímetro (una hazaña sencilla para la mayoría de los mortales), el joven se confunde y sólo consigue emitir respiraciones incoherentes y palabras igualmente vagas.
Después de varios intentos fallidos, los agentes, algo decepcionados, se resignan a enviarlo a la celda de sobriedad. Parece que antes de poder probar algo sobre su nivel de alcohol en sangre, simplemente tuvo que entrar en razón.
leer
Llega el Coyote Max: ¿gadget definitivo o dolor de cabeza asistido?
Difícil despertar en la celda y citación ante el juez
Después de una noche en una celda, nuestro joven probablemente se despierta con un claro dolor de cabeza y recuerdos igualmente vagos del día anterior. Si sus acciones pueden hacerte sonreír, el sistema de justicia no lo ve así. Acusado de violencia e insultos contra la policía, tendrá que responder de sus acciones ante los tribunales.
Esta historia nos recuerda que siempre es aconsejable consumir con moderación. Este Stéphanois podría testificar: una velada de borrachera es buena, pero verse acusado de haber atacado a un coche de policía es mucho menos glorioso.
Mientras tanto, las calles de Saint-Étienne sin duda han recuperado la calma y el coche de policía, después de algunas reparaciones, sigue patrullando, esperando, esta vez, evitar a demasiados juerguistas. achispado.
Related News :