Un regreso histórico. Donald Trump volvió a ser elegido presidente de Estados Unidos el miércoles 6 de noviembre, imponiéndose a su rival demócrata, Kamala Harris. El republicano reivindicó, desde Florida, una “Victoria política sin precedentes” en la historia de su país. Según los resultados, que llegaron más rápido de lo esperado, el candidato populista consiguió la victoria en cuatro de los siete estados indecisosestados decisivos en el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024. Ahora tiene asegurado su regreso al Despacho Oval a principios del próximo año, ocho años después de su primera victoria y cuatro años después de su derrota ante Joe Biden.
En esta etapa, Donald Trump obtiene los votos de 277 votantes importantes, siete más de los 270 necesarios en la carrera por la Casa Blanca. Como era de esperar, el republicano también obtuvo los votos de los 40 electores de Texas, los 30 de Florida y los 17 de Ohio. Sobre todo, obtuvo éxitos en los estados clave de Carolina del Norte (16 electores), Georgia (16 electores), Pensilvania (19 electores) y Wisconsin (10 electores).
Se trata de una resurrección política para el multimillonario de 78 años, cuatro años después de su derrota electoral, que nunca quiso reconocer, y de sus intentos de revertir los resultados de las elecciones de 2020, también cuatro años después del asalto al Capitolio. 6 de enero de 2021, tras un discurso del exlíder que galvanizó a sus seguidores en Washington. Donald Trump fue acusado de conspiración contra el Estado, de sus esfuerzos contra los resultados de las últimas elecciones presidenciales o incluso de haber Conservó documentos presidenciales confidenciales después de abandonar la Casa Blanca.
Incluso fue declarado culpable penalmente de “falsificación contable agravada para ocultar una conspiración para pervertir las elecciones de 2016”, al final del juicio por el asunto Stormy Daniels. Su sentencia se conocerá el 26 de noviembre. Ni este veredicto histórico ni sus otros tres cargos penales han dañado su popularidad. Por el contrario, sus seguidores denunciaron persecución política. ¿Cómo lo llaman los ataques de los demócratas? “devuelto a la justicia”.
Su victoria marca el final de una campaña marcada por la violencia y centrada en el miedo a los demás. El candidato electo fue víctima de varios intentos de asesinato, desde Pensilvania hasta Florida. El 13 de julio, durante una reunión en Butler, Donald Trump recibió varios disparos. Se puso de pie con la oreja y la mejilla sangrando, luego levantó el puño y gritó a sus seguidores: “¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!” Un estallido de combatividad y una imagen que dejó huella. Suficiente para darle, a los ojos de sus seguidores, un aura de milagroso.
Cruzando el estados indecisosDonald Trump reiteró sus consignas y falsas afirmaciones contra la inmigración, sin dejar de lanzar ataques personales contra Kamala Harris, a veces ataques racistas y misóginos. Los dos candidatos, totalmente opuestos y entre los que las encuestas no pudieron decidir, se enfrentaron el 10 de septiembre en un único debate. La demócrata tomó la delantera, atacando a su rival en los temas que más podían herir su ego: la asistencia a sus reuniones o su reputación en el extranjero. El multimillonario, con la cara cerrada, lanzó sus ataques habituales, en particular contra la inmigración, y acusó a su rival de ser “Marxista”. Luego, el republicano rechazó cualquier otra reunión cara a cara, una estrategia que finalmente dio sus frutos.
Con el paso de las semanas de campaña, el discurso del populista se fue oscureciendo, entre amenazas contra sus oponentes, a quienes calificó de“enemigos internos”y palabras apocalípticas. El ex magnate inmobiliario describió un país a la deriva, invadido por millones de inmigrantes ilegales criminales, en bancarrota económica y moral. Una retórica que le ha valido el título de “fascista” por su exjefe de gabinete, John Kelly.
A medida que se acercan las elecciones, él, al igual que su rival, ha trabajado duro para convencer a los votantes indecisos. En concreto, a finales de octubre celebró un gran encuentro en el mítico Madison Square Garden de Nueva York, su ciudad natal. Acusó a Kamala Harris de haber “destruyó el país” y se hizo pasar por un salvador frente a 20.000 personas. Una reunión durante la cual sus lugartenientes derramaron durante horas retórica sexista y racista.
Con el pretexto de sospechas de irregularidades aisladas, prosiguió su discurso desde “las elecciones robadas”de “infiel”como en 2020. Él que nunca dejó de afirmar que su derrota hace cuatro años contra el presidente demócrata Joe Biden se debió a “fraude”que nunca ha llegado a respaldar ningún tipo de evidencia. Durante esta campaña de 2024, Donald Trump se negó sistemáticamente a comprometerse a reconocer el resultado de las elecciones, si no le eran favorables.
¿Qué dirección tomará Estados Unidos ahora, bajo esta nueva era Trump? El presidente electo promete ampliar los recortes de impuestos y responder a la inflación desarrollando la producción de petróleo y gas. También tiene la intención de gravar hasta el 10% sobre los productos importados a Estados Unidos, y hasta el 60% sobre los bienes fabricados en China. En cuanto a la inmigración, el republicano quiere lanzar “la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos”dirigido a 11 millones de extranjeros indocumentados en el país.
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