Su marido, Jared Kushner, ya había descartado recientemente cualquier tensión con el candidato presidencial. “Lo alentamos, obviamente estamos orgullosos de él”, explicó al New York Times. Sin embargo, admitió que la decisión de Ivanka de mantenerse al margen de la política fue considerada cuidadosamente y no cambiaría. “Cuando dejó Washington, tomó la decisión de poner fin a este capítulo de su vida y fue notablemente coherente”, añadió, en comentarios recogidos por Vanity Fair.
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¿Hacia un regreso a la vanguardia?
De hecho, desde 2021, Ivanka Trump se ha distanciado públicamente de su padre. Se rumoreaba que la mujer que asesoró al multimillonario durante su primer paso por la Casa Blanca tuvo una muy mala experiencia al final de su mandato. El asalto al Capitolio y la negativa a reconocer la derrota finalmente disgustaron a la cuarentona de las funciones que ejercía para el republicano. Por tanto, se fue a vivir a Florida y dejó de lado su carrera política.
¿Su reaparición en primera línea con motivo del regreso de su padre a la Casa Blanca significa que la cuarentona ya está harta de su exilio? ¿Está lista para volver a colaborar con su padre? Nada es menos seguro. De hecho, en sus redes sociales, la madre de tres hijos sugirió que apreciaba especialmente su nueva vida bajo el sol del “Estado del Sol”. Y todo el mundo sabe que la relación con su suegra, Melania, no es buena…
Un outfit que denota
Su presencia junto a Donald Trump este martes generó aún más conversaciones ya que Ivanka vestía de azul. De pies a cabeza. No hizo falta mucho para que algunos lo vieran como una indirecta a su padre, ya que el azul es el color de los demócratas.
Otros todavía postulan que quería enviar un mensaje a la audiencia en general, indicando la renovación que su padre desea inculcar en su política…
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