Cuatro días después de las trágicas inundaciones que devastaron el sureste de España, el sábado llegaron nuevos refuerzos militares para ayudar a buscar a los desaparecidos y restaurar las ciudades arrasadas por los torrentes de barro.
El último informe facilitado el viernes por la noche por las autoridades cifra al menos 207 víctimas, 204 de ellas en la región de Valencia, la más afectada por este espectacular mal tiempo. Otras dos personas murieron en Castilla-la-Mancha y una tercera en Andalucía.
Pero este número de víctimas podría aumentar aún más, ya que todavía se busca a muchas personas desaparecidas, particularmente entre los cadáveres de automóviles volcados por las furiosas olas, que ensucian los estacionamientos y las calles.
El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, aseguró el viernes por la noche que todavía no había una cifra oficial sobre los desaparecidos, mientras los vecinos sin noticias de sus seres queridos aumentaban sus llamadas de auxilio en las redes sociales.
“Sería imprudente dar una cifra”, confirmó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la cadena de televisión Antena 3. Sin embargo, “es probable, dadas las circunstancias y la opinión de los expertos (…) que haya más muertes”, afirmó.
Para hacer frente a esta situación, el sábado se desplegarán 500 soldados adicionales en la región de Valencia, con lo que el número de militares en la zona ascenderá a 2.500. También se movilizan varios miles de policías, gendarmes y bomberos.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que presidió una reunión del comité de crisis el sábado por la mañana desde el Palacio de La Moncloa, residencia oficial del jefe del Gobierno, hablará a las 10.30 horas.
Solidaridad
Una de las prioridades del ejército, además de la búsqueda de los desaparecidos, es reabrir las carreteras para permitir la entrega de ayuda, en particular alimentos, retirando los vehículos y los escombros que impiden la circulación, y restablecer el orden en los municipios afectados.
Desde las inundaciones, ocurridas durante la noche del martes al miércoles, las autoridades han constatado actos de saqueos y robos. La policía anunció que ya había detenido a varias decenas de personas, varias de las cuales estaban en prisión preventiva.
Las muestras de solidaridad continúan, especialmente en Valencia, donde miles de personas se reunieron por segundo día consecutivo el sábado en la madrugada para dirigirse a pie a las localidades vecinas, equipadas con palas y escobas, según un periodista de la AFP.
“Ayer llevamos toneladas de alimentos y agua a los municipios más afectados”, aseguró a los periodistas Susana Camarero, vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, reconociendo que las operaciones se vieron obstaculizadas por el estado de las infraestructuras.
“Muchos pueblos quedaron aislados y llamamos a los ayuntamientos para saber qué necesitaban, pero no había teléfonos”, recordó, mientras miles de personas siguen sin comunicaciones.
Demasiados voluntarios
“Las ayudas son insuficientes. Afortunadamente, España sabe ser solidaria”, dijo a la AFP Alicia Izquierdo, que acudió el viernes a llevar dos carros llenos de comida junto a su hermana Marta a la casa de su hermano en Paiporta, localidad de más de 25.000 habitantes donde Se han registrado al menos 62 muertes.
El viernes, el número de voluntarios fue tal que las autoridades pidieron a los vecinos que se desplazaban en coche a las comunidades afectadas que se quedaran en sus casas, para no obstruir las carreteras e impedir el paso de la ayuda.
En las afueras de Valencia, el trabajo de los socorristas y militares debería desarrollarse bajo un cielo templado el sábado. Pero la Agencia Nacional de Meteorología (Aemet) advirtió que aún se producirían fuertes precipitaciones en la provincia de Castellón, en el norte de la Comunidad Valenciana, puesta en alerta naranja.
Este artículo fue publicado automáticamente. Fuentes: ats/afp
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