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Bajo presión, Bruselas propone retrasar la entrada en vigor del texto que lucha contra la deforestación importada

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“Es como tirar un extintor por la ventana de un edificio en llamas. » Las asociaciones de protección del medio ambiente expresaron su seria preocupación el miércoles 2 de octubre, después de que la Comisión Europea propusiera posponer por un año la implementación del reglamento sobre la deforestación importada, considerado uno de los textos clave del acuerdo verde. “Retroceder ante una ley de este tipo en plena temporada de incendios en el Amazonas es una muy mala señal. lamenta Boris Patentreger, director francés de la ONG Mighty Earth. La Comisión cedió ante los lobbys. » « Úrsula von der Leyen [la présidente de la Commission] condena los bosques a un año más de destrucción »También reacciona Greenpeace.

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Adoptado en 2023 y que entrará en vigor el 30 de diciembre, este reglamento tiene como objetivo prohibir la importación y exportación de una serie de productos (cacao, café, soja, aceite de palma, madera, carne de vacuno, caucho, cuero, etc.) procedentes de la deforestación. . Se basa en un sistema de trazabilidad: para comercializar un bien en el mercado europeo, las empresas deben poder garantizar que no está asociado a una parcela deforestada después del 31 de diciembre de 2020, gracias al uso de datos de geolocalización y fotografías de satélite. La Unión Europea es responsable de alrededor del 16% de la deforestación relacionada con el comercio mundial.

La decisión de Bruselas se produce en un contexto de fuertes tensiones, mientras múltiples actores llevan meses instando a suspender la aplicación del texto, considerado demasiado complejo y demasiado vago. Este es el caso de muchos estados como Indonesia, Brasil, Costa de Marfil pero también de Estados Unidos, Argentina y Bolivia. Brasilia, por ejemplo, criticó recientemente “un instrumento unilateral y punitivo”, contrario a “principio de soberanía”.

Apoyo de Berlín

Dentro de la propia Unión, Austria, apoyada por una veintena de Estados, solicitó en marzo una “revisión dirigida” texto y una extensión “considerable” del período de implementación. Varios sectores económicos también han dado un paso al frente, entre ellos las industrias agroalimentaria, ganadera, comercial y maderera. En Francia, por ejemplo, una veintena de organizaciones del sector forestal y maderero han pedido el aplazamiento de una “reglamento inaplicable”.

El Partido Popular Europeo (PPE), del que procede Ursula von der Leyen, se convirtió en portavoz de estas reivindicaciones y utilizó todo su peso para conseguir ese plazo, con el apoyo de determinadas capitales, incluida Berlín. “Teniendo en cuenta los comentarios recibidos de los socios internacionales sobre el estado de sus preparativos”Por ello, la Comisión puso sobre la mesa, el miércoles, una propuesta destinada a posponer la entrada en vigor hasta el 30 de diciembre de 2025 para las grandes empresas y el 30 de junio de 2026 para las pequeñas y muy pequeñas empresas.

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