Mucho antes de que el ejército israelí confirmara la muerte del líder de Hezbollah, el libanés Hassan Nasrallah, el sábado 28 de septiembre, las declaraciones oficiales en Irán dejaban poco lugar a dudas. En dos entrevistas separadas, el ex jefe del parlamento Ali Larijani y el ex ministro del interior, comandante de la Guardia Revolucionaria (el ejército ideológico del régimen) Ahmad Vahidi, insistieron en que todas las figuras en “el eje de la resistencia” asesinados podrían ser reemplazados por otros. Una manera para que los dos dignatarios preparen a la opinión pública para el anuncio de la muerte de Hassan Nasrallah y minimicen las consecuencias de su desaparición.
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Mismo tono en las primeras declaraciones del Guía Supremo, Ali Jamenei, el sábado. “Los criminales sionistas deben saber que son demasiado pequeños para causar un daño significativo a Hezbollah”afirmó la máxima autoridad de la República Islámica de Irán en la red social X, sin mencionar el nombre de Hassan Nasrallah y sin prometer una respuesta directa de Teherán. Unas horas más tarde, Ali Jamenei publicó un nuevo mensaje rindiendo homenaje, esta vez, a Hassan Nasrallah y prometiendo que, tras su muerte, « la estructura » que fundó en el Líbano “no sólo no desaparecerá, sino que se hará aún más fuerte”.
Después de haber sufrido numerosos golpes de su enemigo número uno, Israel, en los últimos meses, la República Islámica del Irán parece ahora estar contra la pared. El 13 de abril, cuando el régimen quiso responder al ataque a su consulado en Damasco, Siria, ocurrido el 1 de abriles En abril fueron interceptados la mayoría de los centenares de misiles enviados desde Irán a Israel. Teherán ha fracasado en su intención de imponer la disuasión.
“Irán no tiene buenas opciones”
En julio, el jefe del buró político del movimiento palestino Hamás, Ismaïl Haniyeh, fue asesinado en la capital iraní cuando acababa de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente, Massoud Pezeshkian. Desde entonces, el Estado judío ha aumentado los asesinatos selectivos de altos ejecutivos de Hezbolá y ha destruido la infraestructura militar que el movimiento chiita libanés había construido durante dos décadas, con la ayuda de Irán.
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“Hoy Irán no tiene buenas opciones en la nueva situación”explica Hamidreza Azizi, investigador del instituto Stiftung Wissenschaft undpolitik de Berlín. “Ya sea que Irán decida responder o no, Israel irá más allá para debilitar el ‘eje de resistencia’ sin tener en cuenta las posibles consecuencias de sus acciones, como ha demostrado en los últimos tiempos. En ambos casos, parece posible una confrontación directa entre Israel e Irán.añade.
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