Esa noche, el Titanic, un orgulloso símbolo del lujo británico, se hundió en su viaje inaugural, llevándose consigo a más de 1.500 almas a las oscuras aguas del Atlántico. Desde entonces, investigadores y entusiastas de la historia han seguido explorando los restos del barco en busca de artefactos de esta era pasada.
'Colapso inevitable': Nuevas imágenes muestran el impresionante deterioro de los restos del Titanic (VÍDEO)
Aunque todo el mundo recuerda el famoso “Corazón del Océano”, esta joya mítica inmortalizada por la película de culto dirigida por James Cameron, nunca existió. Pura invención de guionistas, esta joya permanece en el imaginario colectivo como uno de los símbolos del drama. Pero es otro objeto, muy real esta vez, el que resurgió recientemente gracias a los esfuerzos de los buzos del RMS Titanic Inc.: la estatua “Diane de Versailles”.
Esta escultura de bronce de unos 60 cm de altura, réplica de la obra original expuesta en el Louvre, decoraba en su día el gran salón del Titanic, un espacio reservado a los pasajeros de primera clase. Tras décadas de incertidumbre, esta pieza emblemática vuelve a ser visible, un auténtico milagro para los investigadores que aún esperan realizar otros descubrimientos antes de la desaparición total de esta reliquia histórica.
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