Una encuesta publicada por el medio de comunicación estadounidense CBS el domingo 22 de septiembre arroja luz sobre la posición de los electores estadounidenses ante el último engaño del expresidente estadounidense Donald Trump, candidato a la Casa Blanca.
¿Son los votantes de Donald Trump más crédulos o confían ciegamente en las palabras de su campeón republicano? Es la pregunta que plantea una encuesta compartida este domingo 22 de septiembre por el medio estadounidense CBS.
“En Springfield se comen los perros, la gente que viene (migrantes, nota del editor), se comen los gatos, se comen las mascotas de los residentes. Esto es lo que está pasando en nuestro país”, proclamó el expresidente sobre la ciudad de Illinois que se enfrentará a Kamala Harris durante su debate del 10 de septiembre.
Este bulo provocó inmediatamente una reacción y se volvió viral en las redes sociales. Pero para una buena parte del electorado de Donald Trump no es falso. Mientras que el 63% de los votantes considera que la afirmación es “definitivamente/probablemente falsa”, la proporción es mucho menor entre los votantes republicanos.
El 92% de los votantes de Donald Trump quieren deportar a los inmigrantes
Así, el 69% de los partidarios de Trump considera que es “seguramente/probablemente cierto” y el 64% “aprueba” la declaración del candidato presidencial. Para el 90% de ellos, “las declaraciones de Donald Trump sobre los migrantes haitianos tenían como objetivo llamar la atención sobre los problemas relacionados con la inmigración”.
Más de 9 de cada 10 (92%) de los partidarios del multimillonario dicen que apoyan la propuesta de Trump de “deportar a todos los migrantes que llegan ilegalmente a Estados Unidos”.
En términos más generales, las percepciones de los inmigrantes están en general muy divididas en la población estadounidense. Trump cuenta con el apoyo de los votantes que creen que los inmigrantes cometen más delitos y les quitan puestos de trabajo a los ciudadanos, mientras que Harris se gana a los votantes que creen que los inmigrantes se hacen cargo de “trabajos que los estadounidenses no quieren hacer”.
Al igual que las cuestiones de empleo, consumo o aborto, las políticas migratorias deberían jugar un papel en la elección de los votantes el martes 5 de noviembre.
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