El Ártico, una región del mundo especialmente expuesta a los efectos del calentamiento global, emite ahora más dióxido de carbono (CO2) que lo está almacenando debido, en particular, al aumento de los incendios, según un informe estadounidense de referencia publicado el martes.
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“La tundra ártica, que está experimentando un calentamiento y un aumento de los incendios forestales, emite ahora más carbono del que almacena”, explica Rick Spinrad, director de la Agencia Nacional de Observación Atmosférica y Oceánica de Estados Unidos (NOAA), que publica este informe.
Esto “empeorará los efectos del cambio climático”, advierte, añadiendo que es “una señal más predicha por los científicos de las consecuencias de una reducción inadecuada de la contaminación por combustibles fósiles”.
“Lo que está sucediendo en el Ártico no se limita al Ártico”, dijo a la AFP Anna Virkkala, investigadora del Centro de Investigación Climática Woodwell y coautora del informe.
Esta región, que incluye el Polo Norte, “desempeña un papel importante en el sistema climático global debido a las enormes reservas de carbono” presentes en sus suelos, explica.
El Ártico está compuesto principalmente por tundra, un entorno ecológico formado por vegetación baja y permafrost, también llamado permafrost, un suelo helado que contiene el doble de CO.2 presente en la atmósfera y triplica lo emitido por las actividades humanas desde 1850.
Sin embargo, en las últimas décadas, bajo el efecto del calentamiento global, los incendios en la tundra han seguido aumentando y alcanzaron un récord en 2023, señala la NOAA.
Al quemar vegetación, estos incendios liberan dióxido de carbono a la atmósfera. Pero también alteran las capas aislantes del suelo, acelerando el deshielo a largo plazo del permafrost, lo que resulta en la emisión de dióxido de carbono y metano, dos de los principales gases que atrapan calor en la atmósfera.
AFP
Amplificación
La temporada récord de incendios experimentada por Canadá en 2023 provocó la emisión de “casi 400 millones de toneladas de dióxido de carbono”, señala Brendan Rogers, coautor del informe, o “más que las emisiones anuales de todos los demás países, excepto China”. , Estados Unidos, India y Rusia.
Y 2024 ocupa el segundo lugar en términos de emisiones relacionadas con los incendios ocurridos al norte del Círculo Polar Ártico, precisa la agencia en su sitio.
Además, según el informe de la NOAA, basado en observaciones realizadas entre 2001 y 2020, las temperaturas registradas en la superficie del Ártico, pero también a al menos 15 metros de profundidad, en el permafrost, han seguido aumentando en los últimos años.
El Ártico se ve afectado por un fenómeno llamado “amplificación”, lo que significa que se está calentando más rápido que las latitudes medias. Este mecanismo se debe a muchos factores, como la pérdida de la capa de nieve y hielo marino, o el calentamiento de los océanos.
Si el aumento de las temperaturas ligado al calentamiento global estimula la productividad y el crecimiento de las plantas, que absorben dióxido de carbono, también provoca el deshielo del permafrost.
“Alarmante”
El hecho de que la tundra ahora libere más CO2 Que no almacene nada es “una señal de advertencia alarmante”, reaccionó Brenda Ekwurzel, climatóloga de la ONG estadounidense Union of Concerned Scientists.
“Una vez alcanzados, muchos de estos umbrales de impactos negativos sobre los ecosistemas son irreversibles”, advirtió.
“Las emisiones del permafrost no van a superar a las de los combustibles fósiles, pero constituyen una capa importante y, por tanto, debemos tenerlas en cuenta”, subraya Brendan Rogers.
Además de calentarse, el Ártico también se está volviendo más húmedo, como también lo documenta la NOAA, siendo el verano de 2024 el más húmedo registrado.
Esta tendencia está acelerando la erosión costera, amenazando a las comunidades indígenas que dependen del hielo estable y de prácticas tradicionales de caza.