En vísperas de nuevas consultas políticas en el Elíseo, Emmanuel Macron se ve presionado por su bando: el presidente de la Asamblea le pide que nombre un nuevo primer ministro “en las próximas horas”, y François Bayrou se dice dispuesto “a ayudar” ” sin declararse formalmente a favor de Matignon.
La Francia insumisa denuncia, por su parte, una “traición” a los socialistas si se unieran al futuro gobierno.
El paréntesis, abierto el sábado con la reapertura de Notre Dame ante una audiencia de jefes de Estado y de Gobierno, no duró mucho para Emmanuel Macron.
“No podemos seguir así”, advirtió el domingo el presidente del MoDem, François Bayrou, que guarda silencio desde la censura del gobierno de Barnier.
“Si puedo ayudarnos a salir de todo esto, lo haré”, añadió, entre otros, el alcalde de Pau (por Matignon, en France Bleu Béarn).
La presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, por su parte, instó al Jefe de Estado a nombrar “rápidamente” un nuevo Primer Ministro, “en las próximas horas”, mientras Emmanuel Macron aún debe recibir el lunes en el Elíseo a los comunistas y a los ecologistas, pero no los Insoumis que rechazaron la invitación.
Un “programa de acción” común
Al igual que varios macronistas, incluido el líder de los diputados Gabriel Attal, el titular del puesto hace campaña para formar un bloque central ampliado que incluya desde republicanos hasta socialistas.
“Si sumamos la base común, el grupo (independiente) Liot y el PS, llegamos a 299” diputados, señaló ante el Gran Jurado RTL-M6-Le Figaro-Senado Público. “Ahí tienes una mayoría y, por lo tanto, ya no hay censura posible”.
Y pedir “un programa de acción común” entre estos grupos políticos, en particular en torno a la cuestión de los cuidados, la agricultura, la simplificación, la descentralización y “por qué no” la representación proporcional.
Esta mano tendida hacia la izquierda no es del agrado del presidente del Rally Nacional, Jordan Bardella. Será “la alianza del todo y su contrario. Todo esto para evitar que millones de electores que votaron por RN vean expresadas sus ideas”, comentó en France 3.
El partido lepénista no fue invitado al Elíseo, pero Jordan Bardella pidió ser recibido por el próximo inquilino de Matignon para “expresar claramente las líneas rojas” de su partido.
“No se puede fingir que no estamos aquí”, advirtió. Marine Le Pen ya ha advertido que podría volver a votar a favor de una moción de censura.
Quedan dos líneas
En la izquierda, dos líneas se han enfrentado desde la caída de Michel Barnier. Por un lado, socialistas, ecologistas y comunistas piden, en distintos grados, el debate. Por otra parte, La France insoumise blande la amenaza de la explosión del Nuevo Frente Popular.
Si los socialistas se unen al futuro gobierno, “el Nuevo Frente Popular seguirá sin ellos. Nos negamos a gobernar con este bloque de derechas a la deriva”, advirtió Jean-Luc Mélenchon en una entrevista con los diarios italianos “La Repubblica” y español “El País”.
La tribuna no escatima en ataques contra Olivier Faure. “No decide solo”, afirma, criticando el enfoque del Primer Secretario del PS, que se reunió el viernes con el Jefe de Estado para ofrecerle “concesiones recíprocas”.
“Se nos ha presentado un hecho consumado”, lamenta la tribuna, denunciando el método “extremadamente brutal” y “personal” de Olivier Faure, que “engaña” y “quiere ser Primer Ministro de la izquierda”, mientras que su partido “ha ganado 1,67”. % en las elecciones presidenciales” de 2022.
Misma reserva por parte del rebelde presidente del Comité de Finanzas de la Asamblea, Eric Coquerel.
“Creo que Emmanuel Macron está engañando a todos. No nombrará un primer ministro de izquierdas”, como quiere Olivier Faure, advierte en franceinfo. El diputado denuncia una estrategia del jefe de Estado destinada únicamente a “dividir el Nuevo Frente Popular” y se niega, como la líder de los diputados del LFI Mathilde Panot, a “traicionar a los votantes”.
(afp)