La nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, nombrada nuevamente el viernes como jefa de la OMC, está “esperando” trabajar con Donald Trump, considerando “prematuro” comentar sus amenazas de aranceles aduaneros, al tiempo que pide el respeto de las normas comerciales internacionales.
Primera mujer y primera africana en presidir la Organización Mundial del Comercio, era la única candidata a la sucesión. A los 70 años, fue reelegida por consenso, entre aplausos, de los 166 miembros de la organización, para un segundo mandato de cuatro años cuya prioridad será evitar que el mundo se hunda en el proteccionismo.
“Tenemos toda la intención de ponernos a trabajar de inmediato”, dijo en una conferencia de prensa.
Su primer mandato finaliza a finales de agosto de 2025, pero el procedimiento de renovación se adelantó a petición de los países africanos, para facilitar los preparativos de la próxima conferencia ministerial de la OMC en Camerún en 2026.
El objetivo tácito es “acelerar el proceso porque no querían que el equipo de Donald Trump vetara su nominación como hace cuatro años”, cree el ex portavoz de la OMC, Keith Rockwell, investigador de la Fundación Hinrich, retomando una crítica hecha por otros observadores.
El apoyo a su segundo mandato “no es tanto” debido a que “a todo el mundo le gusta Ngozi”, comenta una fuente cercana a las discusiones, pero los países temían que Trump “ralentizara las cosas después”.
En la OMC, el responsable del procedimiento, el embajador noruego, Petter Olberg, aseguró el viernes a la prensa que “no hay ninguna razón para decir que no se trata de un proceso legítimo”.
Okonjo-Iweala dijo que las críticas le parecían “un poco extrañas” y dijo que “esperaba trabajar con el presidente Trump”.
– “enfoque creativo” –
Mientras tanto, el Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) celebró su renovación.
“Estados Unidos aprecia el trabajo que ha realizado durante los últimos cuatro años… Ha demostrado un fuerte compromiso con el trabajo y el futuro de la organización”, afirmó Katherine Tai, en un comunicado de prensa.
Incluso antes de su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump, que durante su primer mandato amenazó con abandonar la OMC, proyecta su sombra sobre la organización.
El presidente electo de Estados Unidos ha reavivado las preocupaciones sobre guerras comerciales totales, en particular amenazando a China, Canadá y México con aumentar los aranceles aduaneros tan pronto como asuma el poder en enero.
Okonjo-Iweala consideró “prematuro” el viernes comentar estos anuncios.
“Debemos abordar las cosas con un enfoque muy constructivo y creativo”, aseguró, subrayando que es necesario garantizar que “no nos encontremos en una situación en la que las disputas comerciales perjudiquen el funcionamiento” del comercio internacional.
– “salvar lo que se pueda salvar” –
El multimillonario estadounidense ya había desencadenado enfrentamientos comerciales con China y Europa durante su primer mandato (2017-2021).
“El festival de derechos de aduana que ahora anuncia demuestra que no tiene la intención de respetar ninguna norma. De hecho, Estados Unidos no necesitaría retirarse de la OMC, se libera de las normas de la OMC, con una brutal desacoplarse de China”, observa Elvire Fabry, investigadora del Instituto europeo Jacques Delors.
Se tratará de “salvar lo que se pueda salvar y de convencer de que no existe una gran alternativa a las normas de la OMC”, pero “será un mandato muy difícil con pocas certezas sobre lo que sucederá”, subraya otra fuente cercana a el asunto.
Cuando llegó a la OMC, la señora Okonjo-Iweala ya había encontrado una organización debilitada. Intentó insuflar nuevo dinamismo en torno a las cuestiones climáticas y sanitarias y consiguió un importante acuerdo sobre la prohibición de subvenciones perjudiciales a la pesca.
Pero la presión para reformar la OMC ha aumentado, especialmente desde que el órgano de apelación del sistema de solución de disputas, que la primera administración Trump destruyó al bloquear el nombramiento de jueces, permanece estacionario.
El viernes, Okonjo-Iweala pidió a los países que concluyan las negociaciones pendientes para que los ministros en la reunión ministerial en Camerún puedan centrarse en dos temas clave: la agricultura y la reforma del sistema de solución de disputas.