El viernes se celebrarán conversaciones en Ginebra entre Irán, Alemania, Francia y el Reino Unido. En el menú: la cuestión nuclear iraní, Rusia y la situación en Oriente Medio, a menos de dos meses del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
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29 de noviembre de 2024 – 07:35
(Keystone-ATS) En vísperas de esta reunión, el número dos de la diplomacia europea, Enrique Mora, afirmó haber mantenido una “discusión franca” el jueves en Ginebra con Majid Takht-Ravanchi y Kazem Gharibabadi, dos adjuntos del ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi.
Esto se centró “en el apoyo de Irán a Rusia, que debe cesar, en la cuestión nuclear, que debe encontrar una solución diplomática, en las tensiones regionales (es importante que todas las partes eviten una escalada) y en los derechos humanos”, dijo en X.
Situada como continuación de una reunión celebrada en Nueva York en septiembre, la reunión del viernes está rodeada de la mayor discreción, sin que se hayan revelado los nombres de los participantes ni el lugar donde se reunirán los diplomáticos de los cuatro países.
Tiene lugar en un contexto de fuertes tensiones en Oriente Medio, entre Irán, sus aliados e Israel, y menos de dos meses antes del regreso a la Casa Blanca de Donald Trump, que había sido el artífice de una llamada política de “máxima presión” contra Irán durante su primer mandato.
Redondear las esquinas
Para Teherán, el objetivo de las conversaciones en Suiza es evitar una situación “doblemente desastrosa” que haría que Irán se enfrentara una vez más a esta política estadounidense, a la que se suma, esta vez, la europea, explica a la AFP el politólogo iraní Mostafa. Shirmohammadi.
Porque al espinoso tema nuclear se suman las acusaciones occidentales de que Irán está suministrando drones explosivos al ejército ruso para su guerra en Ucrania, lo que Teherán niega.
En este contexto, “Irán no tiene a los europeos de su lado”, subraya Shirmohammadi desde la capital iraní. Irán espera suavizar las cosas con los europeos. Mientras muestra firmeza.
En una entrevista con el diario británico The Guardian publicada el jueves, Araghchi explicó que Irán podría adquirir armas nucleares si los europeos volvieran a imponer sanciones.
Francia, Alemania y el Reino Unido, asociados con Estados Unidos, criticaron a Irán –nuevamente la semana pasada– por su falta de cooperación en materia de energía nuclear.
En respuesta, Teherán anunció que pondría en servicio nuevas centrifugadoras “avanzadas” para enriquecer uranio, pero no dio un calendario. Las autoridades tampoco han cerrado nunca la puerta a las discusiones.
Los iraníes defienden el derecho a la energía nuclear con fines civiles y niegan querer adquirir armas atómicas, algo de lo que Occidente sospecha fuertemente de ellos. El jueves por la tarde, el Primer Ministro israelí reiteró su absoluta determinación de impedir que Teherán adquiera una bomba atómica.
“Haré todo lo posible para evitar que se convierta (en una potencia nuclear)”, dijo Benjamín Netanyahu en respuesta a una pregunta sobre Irán. “Explotaré todos los recursos que puedan utilizarse” para lograrlo, añadió en el canal 14 de la televisión israelí.
El ayatolá Ali Jamenei, en el poder desde 1989 y máximo responsable de las decisiones en las cuestiones delicadas del país, ha prohibido cualquier uso de armas atómicas en un decreto religioso (fatwa).
“Actualmente existe un debate en Irán sobre que tal vez fue una mala política”, dijo Abbas Araghchi al diario.
Si los europeos vuelven a imponer sanciones contra Teherán, “habrán convencido a todos en Irán de que sí, esta doctrina es errónea”, insiste.
Acuerdo moribundo
En 2015, Irán concluyó en Viena un acuerdo con Francia, Alemania, Reino Unido, China, Rusia y Estados Unidos para regular su programa nuclear.
A cambio, el texto preveía una reducción de las sanciones internacionales contra Teherán.
Pero en 2018, Donald Trump retiró unilateralmente a su país del acuerdo –que Teherán estaba cumpliendo, según la OIEA– y restableció fuertes sanciones contra Irán.
En represalia, Teherán aumentó significativamente sus reservas de uranio enriquecido y aumentó el nivel de enriquecimiento al 60%, cerca del 90% necesario para producir un arma atómica.
“No pretendemos ir más allá del 60% por el momento”, aseguró Araghchi a The Guardian.
El acuerdo nuclear de 2015, que las negociaciones no lograron reactivar y que expirará en octubre de 2025, limitó esta tasa al 3,67%.