Ahmed Toufiq, Ministro marroquí de Habous y Asuntos Islámicos, sorprendió durante una sesión de preguntas orales en la Cámara de Representantes. De hecho, reveló una discusión, por decir lo menos, inesperada con Bruno Retailleau, Ministro del Interior francés, al margen de la visita de Emmanuel Macron a Marruecos.
Durante este intercambio informal, se planteó la cuestión del secularismo. El ministro francés, convencido de los beneficios del “Islam marroquí moderado”, habría interrogado a Ahmed Toufiq sobre la noción de laicismo, esperando visiblemente una reacción de rechazo. Con asombro recibió esta respuesta: “Somos laicos”. Una afirmación que dejó “sin boca” a Bruno Retailleau, en palabras del ministro marroquí. Ahmed Toufiq desarrolló a continuación su intervención explicando que, si bien Marruecos no tiene una ley similar a la de 1905, el principio de libertad religiosa está, no obstante, arraigado en el país. También citó un versículo del Corán para ilustrar la ausencia de limitaciones en materia de religión.
Este encuentro parece haber repercutido en ambos hombres ya que, según Ahmed Toufiq, Bruno Retailleau le envió una carta solicitándole más conversaciones. “Decimos a los funcionarios franceses: estamos con ustedes”, declaró el ministro marroquí, subrayando la voluntad de Marruecos de promover la moderación y la libertad en un contexto que califica de “difícil”.
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Estas revelaciones se hicieron en respuesta a una pregunta sobre la supervisión religiosa de los marroquíes residentes en Europa. Ahmed Toufiq reconoció las dificultades encontradas, en particular para obtener visados para formadores religiosos, especialmente antes del Ramadán. También mencionó las turbulencias políticas en Europa que están complicando la situación.
El ministro recordó el compromiso financiero de su departamento para apoyar a las asociaciones que supervisan religiosamente a los marroquíes en el extranjero. Este año se han asignado 96 millones de dírhams a Francia, Italia, Bélgica y Canadá. También se envían cada año delegaciones de lectores y predicadores a nueve países. El ministerio también ha proporcionado más de 345.000 ejemplares del Corán a mezquitas y centros islámicos de la diáspora, así como numerosas obras religiosas.
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