Contaminación hasta los rincones del cuerpo humano
Más del 90% del plástico nunca se recicla y más de 20 millones de toneladas terminan en el medio ambiente cada año, a menudo después de sólo unos minutos de uso. En 2019, el mundo produjo alrededor de 460 millones de toneladas de plástico, cifra que se ha duplicado desde 2000. Y es probable que esta cantidad vuelva a duplicarse de aquí a 2040. Ya encontramos microplásticos en todos los alimentos que consumimos, en prácticamente todos los rincones de la vida humana. cuerpo, incluido el cerebro y la leche materna, e incluso en las nubes.
¿Deberíamos temer a los microplásticos presentes en aguas belgas?
En Busan, dos bandos se oponen, sobre todo en el tema más delicado de limitar esta contaminación en su origen, reduciendo la producción de este material.
En primer lugar está la “Coalición de Altas Ambiciones” (HAC), que reúne a muchos estados africanos, asiáticos y la Unión Europea. Estos países quieren un tratado que cubra todo el “ciclo de vida” de los plásticos, desde la producción hasta los residuos. La HAC está haciendo campaña por objetivos vinculantes para reducir la producción y los residuos, e imponer cambios en el diseño de los plásticos para facilitar su reutilización. Ruanda y Perú, por ejemplo, proponen un objetivo “40×40”: una reducción del 40% en la producción de plástico para 2040, sobre la base de los niveles de 2025. Varios estudios también respaldan medidas similares.
El plan B de los estados petroleros
El bando contrario, compuesto principalmente por grandes productores de petróleo como Rusia, Irán y Arabia Saudita, hace campaña a favor de un tratado débil que sólo se ocuparía del reciclaje y la gestión de residuos, sin cuestionar la producción. De hecho, la industria del petróleo y del gas considera la petroquímica y el plástico como su “plan B”, mientras que la demanda de petróleo está disminuyendo en otros sectores como la electricidad y el transporte, según algunos observadores, que también destacan los hábitos de obstrucción de estos países. Se seguirá de cerca la posición de Estados Unidos y China, que hasta ahora no se han puesto abiertamente del lado de ninguno de los bandos. Pero el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca plantea naturalmente dudas sobre el grado de ambición de la delegación estadounidense. Por su parte, ¿Europa mostrará un frente unido?
La Antártida, a su vez, amenazada por los microplásticos
Ya abundan las especulaciones sobre el posible resultado de las discusiones. Los observadores dicen que es poco probable que se alcance un tratado con recortes obligatorios de producción. Un resultado mucho más probable sería la adopción de un tratado “débil” que comprenda sólo una aspiración o medidas voluntarias para reducir la producción de plástico. Igual de creíble: no se firmó ningún tratado pero las negociaciones se pospusieron o ampliaron hasta 2025.
“Después del fracaso de dos cumbres consecutivas sobre naturaleza y clima, Busan debe ser un refugio contra la inacción en materia de naturaleza y clima”. imploró el WWF. “Esta conferencia es mucho más que la redacción de un tratado internacional. Es la humanidad la que se está movilizando ante una amenaza existencial”.declaró el diplomático ecuatoriano que presidió los debates, Luis Vayas Valdivieso, al inaugurar la sesión.