Un servicio de noticias sin guerra, sin muertes ni desastres naturales: el desafío parece audaz en tiempos de Gaza, Ucrania o peligro climático, pero es retomado por un puñado de medios franceses dedicados a las “buenas noticias”.
Cabeza de puente en este nicho de mercado, Le Média Positif no usurpa su nombre. Sus cuentas en Instagram, LinkedIn y
A tres años de su creación, este nuevo medio cuenta con más de 2 millones de suscriptores y está disponible en versión en inglés (The Bright Side) y en español (La Info Positiva), con 750.000 y 950.000 seguidores respectivamente.
Incluso Positive Media acaba de aparecer en papel con el libro “1000 buenas noticias para ver el mundo de otra manera”.
“No tenemos una posición estúpida sobre los asuntos de actualidad. No decimos que todo es bonito, pero hay un problema de equilibrio”, dijo a la AFP Hugues de Rosny, de 24 años, fundador de este medio en línea, que hoy cuenta con 25 empleados, entre ellos ocho periodistas.
“El cerebro humano siente una especial atracción por las malas noticias, pero no está hecho para despertarse por la mañana con un drama y acostarse por la noche con una catástrofe”, explica este antiguo estudiante de filosofía y ciencias políticas, que lucha contra la idea de que “todo está jodido”.
“Mercantilización del miedo”
Misma filosofía para AirZen. Creada también a raíz del Covid, esta radio difundida en Internet y en la red digital DAB+ promete noticias “100% positivas” y defiende el famoso “periodismo de soluciones”. Sus flashes informativos cada hora ciertamente nos obligan a abordar las noticias, que no siempre son felices, pero sí bajo una luz diferente.
“No se trata de hacer la vista gorda ante lo que sucede, pero rechazamos la mercantilización del miedo y siempre intentaremos aportar algo positivo”, subraya Frederik Hufnagel, director de esta redacción de una quincena de periodistas, que producir unas 70 historias por semana.
Le Média Positif ha desarrollado un módulo de inteligencia artificial para escanear los medios de comunicación y las redes sociales con el fin de localizar buenas noticias. “Tenemos mucho miedo al fatalismo, que conduce a una especie de letargo”, afirma De Rosny.
Este cuestionamiento también recorre los medios tradicionales.
A finales de 2020, tras la conmoción provocada por el asesinato yihadista de Samuel Paty, “Le Monde” lanzó el boletín “Fil good”, todavía en funcionamiento, para destacar los artículos diarios que dan “motivos para la esperanza”. Pero en los medios nacionales, la fuerte tendencia sigue siendo la misma y la información que provoca ansiedad difícilmente desaparece.
El director de la Escuela Superior de Periodismo de Lille (ESJ), Pierre Savary, rechaza que la formación de los periodistas tenga algo que ver con ello, aunque sabemos que los trenes que llegan a tiempo no interesan a mucha gente.
“No enseñamos a los jóvenes periodistas a centrarse en las malas noticias, sino primero a identificar qué es la información, dónde vamos a buscarla y qué representa para el interés general”, explica Savary, aunque reconoce la existencia de “sesgos”. ”.
En determinados barrios, a veces reducidos en los medios de comunicación a los problemas que les aquejan, “será difícil” vender “un tema positivo”, lamenta.
(afp)