La excanciller alemana Angela Merkel describe a un Donald Trump “fascinado” por líderes con tendencias autoritarias y que actúa “de manera emocional”, en sus memorias, de las que se publicaron extractos el jueves.
Durante su primera reunión en Washington, en marzo de 2017, poco después de que Donald Trump asumiera su primer mandato en la Casa Blanca, el presidente estadounidense “me hizo una serie de preguntas, en particular sobre mis orígenes en Alemania del Este y mis relaciones con Vladimir Putin. , que parecía fascinarle”, afirma Angela Merkel en extractos publicados por el semanario Die Zeit.
“En los años siguientes tuve la impresión de que líderes con tendencias autocráticas y dictatoriales ejercían sobre él una cierta fascinación”, continúa en su libro titulado “Freiheit” (“Libertad”), que se publicará el 26 de noviembre en una treintena de países. .
En este libro, Angela Merkel, que dirigió Alemania entre 2005 y 2021, comparte sus reflexiones sobre su carrera política, sus principios y su visión de los desafíos encontrados durante su mandato.
Vuelve en particular a su primera entrevista con Trump en la primavera de 2017, que no la dejó “con buenas sensaciones”, confiesa.
Antes de su encuentro cara a cara en el Despacho Oval, ignoró la petición de periodistas y fotógrafos de un nuevo apretón de manos, a pesar de los murmullos de la Canciller que sugerían una repetición del ejercicio realizado frente a la entrada de la Cámara Blanca.
Durante la entrevista, reanudó sus críticas “habituales” a Alemania, a la que acusó de estar arruinada por la acogida de refugiados en 2015 y 2016, de ser tacaña en gastos militares y de adoptar prácticas comerciales desleales. En particular, consideró la fuerte presencia de automóviles alemanes en Nueva York como “una espina clavada”.
Merkel respondió apoyándose en los hechos, pero se topó con un presidente estadounidense que operaba “de manera emocional”, que escuchaba sus argumentos sólo para “transformarlos en nuevas críticas”.
“Resolver problemas no parecía ser su objetivo”, observa.
Al salir de Washington, la canciller concluyó que “la cooperación para un mundo interconectado no sería posible con Trump”, convencida de que su éxito dependía “del fracaso de otros”.
En junio de 2017, Trump anunció a Merkel por teléfono que Estados Unidos se retiraría del acuerdo climático de París.
“Esta decisión, que iba en contra de mis esfuerzos por hacer del clima un tema central del G20, fue un duro golpe”, admite Angela Merkel.