Durante décadas, las empresas multinacionales de petróleo y gas han actuado entre bastidores para retrasar las políticas ambientales y restar importancia al papel impulsor de sus operaciones en la crisis climática. Al pedir a Donald Trump, el martes 12 de noviembre, que no cumpliera su promesa de (nuevamente) sacar a Estados Unidos del acuerdo climático de París, el jefe de Exxon Mobil causó sorpresa en los pasillos de la COP29, celebrada en Bakú. Azerbaiyán. “Es participando [à la discussion] que ejercemos influencia sobre las cosas, no dejándolas”afirmó Darren Woods ante el presidente electo de Estados Unidos, que asumirá el cargo en enero.
Aclarando su pensamiento en una entrevista con Politico, el CEO reconoció que “el desafío o la necesidad de abordar las emisiones globales” continuó, con o sin el apoyo de Estados Unidos, históricamente responsable de la abrumadora mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero. Mientras la ventana de acción sigue reduciéndose, hasta el punto de comprometer cualquier posibilidad de limitar el aumento de las temperaturas, Darren Woods recordó que “Pase lo que pase en el corto plazo sólo hará que el largo plazo sea aún más difícil”.
“Una segunda salida del acuerdo climático de París tendría profundas implicaciones para los esfuerzos de Estados Unidos por reducir sus propias emisiones y para los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático”. añadió un portavoz de Exxon, citado por CNN, a raíz del “jefe”.
Estas declaraciones, o más bien el crédito que se les atribuye, enfurecieron a la autora y activista estadounidense Genevieve Guenther. “Es un lavado de cara verde” reaccionó este especialista en estrategias de comunicación para multinacionales de petróleo y gas, en X. “[Darren] Woods sabe que el acuerdo de París no es jurídicamente vinculante” y que la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático, que organiza las negociaciones sobre el clima, “no muerdas”, prosiguió, pidiendo a la gente que desconfíe de estas expresiones de buena voluntad.
“Exxon prefiere que haya regulaciones, sobre todo porque no le obliguen a cambiar su modelo”también traducido por Romain Ioualalen, director de campaña de la ONG Oil Change International.
A mi modo de ver, lo que Exxon dice es que es mejor permanecer dentro del marco de un acuerdo que no le obligue demasiado, adornándose al mismo tiempo con un barniz de acción por el clima, en lugar de dar un portazo y tomar la decisión riesgo de que el movimiento climático se fortalezca.
Romain Ioualalen, de la ONG Oil Change Internationalen franciainfo
Por tanto, el discurso de la empresa estadounidense de petróleo y gas a favor del Acuerdo de París no sorprende, asegura. Al igual que su compatriota Chevron, Exxon invirtió masivamente, apenas el año pasado, para aprovechar los recursos de la cuenca del Pérmico, a caballo entre Texas y Nuevo México, en contra de los llamamientos de la comunidad científica de no extraer más combustibles fósiles. “Las petroleras consideran que pueden beneficiarse de cierto tipo de políticas climáticas, como las implementadas en Estados Unidos”, continúa Romain Ioualalen, quien cita la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), presentada como la principal ley climática de la administración Biden.
Sin duda, el IRA acelera el desarrollo de las energías renovables, “pero esta ley otorga muchos subsidios a las empresas de combustibles fósiles y apoya la extracción de petróleo y gas” en territorio americano, recuerda. Los gigantes del sector “han logrado orientar la política climática de manera que les beneficie, dentro del marco del acuerdo de París”. Citado a principios de este mes en el Tiempos financierosel director general de Total Energies, Patrick Pouyanné, también abogó por el mantenimiento de las regulaciones climáticas en Estados Unidos. Según él, el sector de los combustibles fósiles no tiene nada que ganar si se convierte “el salvaje oeste”el Oeste salvaje y despiadado de la época de la fiebre del oro. “Mi opinión es que [l’absence de régulation climatique] “No ayudará a la industria, al contrario, la satanizará y cerrará cualquier posibilidad de diálogo”.
Desde el siglo XIX, la temperatura media de la Tierra calentado 1,1°C . Los científicos han establecido con certeza que este aumento se debe a las actividades humanas, que consumen combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Este calentamiento, de velocidad sin precedentes, amenaza el futuro de nuestras sociedades y de la biodiversidad. Pero existen soluciones (energías renovables, sobriedad, reducción del consumo de carne). Descubra nuestras respuestas a sus preguntas sobre la crisis climática.